En un año con subas elevadísimas, la población comienza a recortar gastos prescindibles como los de esparcimiento. unas de las principales víctimas fueron los teatros. La gente, al momento de decidir en qué gastar su dinero, dejó de comprar su entrada para ver un espectáculo teatral, lo que generó una importante crisis en el sector. En mayo la recaudación neta estuvo un 50 por ciento abajo.
Los empresarios teatrales admitieron que "sufrieron un caída natural del público en medio de un año convulsionado" al mismo tiempo que detallaron que "al mes de agosto hay menos propuestas y que viene más lenta la organización para la temporada de verano". En este marco, el presidente de la Asociación Argentina De Empresarios Teatrales (AADET), Sebastián Blutrach, describió la situación "Este año en general hubo una bajada a partir de marzo que se hizo más pronunciada en abril y luego se recuperó en las vacaciones. Pero después bajaron muchas obras y hay menos propuestas que se están sintiendo en la programación del verano que viene más lenta que lo habitual".
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