Según un estudio realizado por el Observatorio de Empleo, Producción y Comercio Exterior que depende de la Umet, el tratado de libre comercio que firmará Macri "implica una inserción internacional basada en la exportación de recursos naturales e importación de bienes manufacturados de alto valor agregado", lo que impactará negativamente en la industria nacional. Y es definitivamente, volver al siglo XIX, cuando los ingleses se llevaban lana a precio vil y nos vendía los sweters como si estuviesen bordados en oro.

La firma del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) deja en la calle a 186 mil trabajadores industriales. Según un informe publicado por el Observatorio de Empleo, Producción y Comercio Exterior que depende de la Umet, la medida alcanza a 11 de cada 100 empleos en actividades fabriles.

En ese sentido, el observatorio advierte que el impacto laboral del proceso de desregulación y reducción de aranceles previstos en el tratado afectará directamente a los sectores de metalmecánica, calzado, textil, marroquinería, muebles, autopartes, química y automotores. Según la Umet, la rebaja que seguirá a la implementación plena de un acuerdo traerá como consecuencia la pérdida de 186.000 puestos de trabajo.

El principal factor, es que el aumento de las importaciones directamente a la Argentina desplazará a producción local, principalmente por la rebaja en los aranceles. Además, Argentina bajará su nivel de exportaciones al resto de los integrantes del Mercosur, principalmente Brasil, por el abaratamiento de los productos europeos en sus mercados.

"Una apertura irrestricta que no permita desarrollar las capacidades productivas industriales y tecnológicas acumuladas por los principales países del bloque (Brasil y Argentina) reforzaría la presión hacia la primarización de la estructura productiva local”, apunta el documento del ODEP. En ese sentido, el informe detalla que “esto implica una inserción internacional basada en la exportación de recursos naturales e importación de bienes manufacturados de alto valor agregado, lo que limita las posibilidades de desarrollar los sectores que generan empleo bien remunerado y de calidad”.

De los 186 mil puestos que se dan de baja, 133.000 son empleos registrados y 53.000 son posiciones no registradas. Los principales sectores afectados en términos absolutos serían la metalmecánica con 48.000 puestos de trabajo asalariados, las actividades consideradas “sensibles” (como calzado, textil, marroquinería, muebles) donde se perderían 47.000 empleos, autopartes con una merma de 32.500 posiciones, química donde el retroceso llegaría a 19.000 y el sector automotor con 9500 trabajadores menos.

“Estos sectores con larga tradición en el país, que suelen estar asociados a empleos de mayor calificación se verían fuertemente desmembrados ante una apertura total frente a la UE”, advierten en el informe los investigadores del ODEP y agregan: "La liberalización del comercio tendría un claro impacto negativo en las potencialidades de estos sectores de escalar en la cadena de valor y generar empleos de mayor calidad fronteras adentro”.

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