A poco del 24 de marzo, la pro genocida Cecilia Pando fue designada para darle clases a chicos de 12 años
La titular de la Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos
de la Argentina tiene a su cargo el 7º grado de un colegio católico de
Palermo. Las redes sociales recordaron su permanente reivindicación del
terrorismo de Estado y la defensa de los represores condenados por
delitos de lesa humanidad.
Qué respondió:
La defensora de genocidas y negacionista Cecilia
Pando fue contratada como docente en una escuela católica del barrio de
Palermo, para dar clases en séptimo grado a chicos de 12 años. La noticia se conoció a pocos días del 42° aniversario del último golpe de Estado y generó gran revuelo en las redes.
Pando, reivindicadora de la última dictadura cívico-militar, comenzó a trabajar como maestra en el Colegio Francesco Faà Di Bruno, en Nicaragua 5668. Se trata de una escuela católica
que, según la información oficial, “asume su tarea educativa como
participación en la misión apostólica de la Congregación de Hermanas
Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio, en el marco de la misión
evangelizadora de la Iglesia Católica. Por ello, aspira a ofrecer un
modelo de educación integral de calidad, portadora de valores
profundamente humanos y cristianos, entendiendo que no «es posible […]
una verdadera educación: sin la luz de la verdad»”.
El martes, cuando el dato de la contratación de Pando para educar nenes
y nenas comenzó a circular en redes, ella respondió a través de su
cuenta de Twitter: “Hace dos días comencé a
trabajar en un colegio como maestra, feliz de volver al aula, a lo que
más me gusta y poder ayudar en mi casa con los gastos. Ya los
intolerantes de siempre están difundiendo que la ‘defensora de los
genocidas’ como ellos me llaman está trabajando, como si no tuviera
derecho a trabajar por pensar distinto. Yo voy a enseñar, no voy al
colegio a hacer política, no mezclo las cosas!!! Trabajo con chicos, no
los adoctrino como hacen otras organizaciones!!!”.
Cabe recordar que Pando es titular de la Asociación de Familiares y
Amigos de Presos Políticos de la Argentina, y niega los delitos
ocurridos durante la última dictadura, como el robo sistemático de
bebés, y cuestiona la existencia de los 30.000 desaparecidos.
Desde el Ministerio de
Educación de la Ciudad intentaron despegarse de la designación y
aclararon que el Gobierno no tiene injerencia en los nombramientos de
docentes de las instituciones privadas.
O sea, se lavaron las manos en un tema muy grave. No puede dar clases una mujer que reivindica el crímen y el secuestro, el robo de niños y la matanza de ciudadanos, como ocurrió en tiempos de la dictadura cívico militar.
Claro está que esa mujer no está en sus cabales, y muestra de eso, es ver cualquier archivo en donde se puede comprobar fehacientemente el estado de locura y enajenación que padece.
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