Un intento de privatización: con el logo CSU (Cobertura de salud Universal) pretenden, desde el gobierno, incurrir en otro despojo a la sociedad argentina, dado a que este sistema ha fracasado en todos los países en donde se implementó, con el consiguiente resultado de mayor índice de mortalidad y propagación de enfermedades endémicas.
Ya hicieron la primera prueba en la provincia de Mendoza.
Desde todos los sectores gremiales y profesionales criticaron la eficiencia de la CSU y
apuntaron contra las intenciones del Gobierno de privatizar la salud.
El
médico y titular de la Federación de Profesionales de la Salud de la
República Argentina
(Fesprosa), Jorge Yabkowski, habló y puso en duda que la implementación de la CSU baje el gasto de
bolsillo de la población y enumeró a Colombia, Perú y México como
ejemplos.
Según Yabkowski, en Colombia el gasto de la población
subió entre un 15 y 30 por ciento y además cerraron hospitales públicos
ya que "con este carnet o seguro la gente no va a los hospitales y
muchos de los centros que hacían importantes investigaciones debieron cerrar por falta de financiamiento".
"La
CSU lleva al crecimiento del negocio privado, a una restricción y
segmentación de la atención de la población, al cierre de los
establecimientos públicos, favorece el ajuste dentro del Estado porque
disminuye el presupuesto histórico de hospitales y centros de salud y en
definitiva no mejora la calidad sanitaria. Por eso a nivel mundial y local decimos que esto va al fracaso", consideró.
Respecto a la implementación de la CSU en la Argentina, el titular de
Fesprosa fue tajante y aseguró que "en primer lugar no es universal" ya
que excluye por decreto a los asegurados de las obras sociales y las
prepagas, es decir que es sólo para los 15 millones de argentinos que no tienen cobertura.
En
segundo lugar, señaló que no tiene financiamiento ya que "esos 8 mil
millones de pesos que se instauraron como fondo de inicio están en manos
de un fidecomiso que todavía no se ejecutó". "En tercer lugar fue una
política no discutida porque se sacó por decreto", criticó Yabkowski.
Por eso exigió que la OMS y el Banco Mundial
se enfoquen en los reales determinantes sociales como la exclusión, el
hambre y la pobreza con una salud verdaderamente universal, gratuita e
igualitaria de calidad con profesionales bien pagos, no precarizados y
que estén trabajando con un convenio colectivo y un salario digno.
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