Vidal tuvo que dar marcha atrás con el ajuste en la Cruz Roja.
La gobernadora bonaerense había decido quitar los subsidios a las
escuelas que pertenecen a la entidad internacional. Tras las presiones
de la oposición tomó otro camino.
María Eugenia Vidal tuvo que dar marcha atrás con el recorte de los
subsidios a las escuelas de la Cruz Roja Argentina, luego de la presión
del kirchnerismo y el massismo que le exigían que revierta su decisión.
Ahora, abochornada, les dará un año más de gracia "para que puedan reconfigurarse y afrontar sus gastos".
La semana pasada la Dirección General de Cultura y Educación había
resuelto bajar a la mitad los aportes que le daba a la Cruz Roja para
sus escuelas de voluntariado, una medida que enseguida trajo críticas
por parte de la oposición.
La organización había explicado que sin los aportes del Estado
bonaerense quedaba al borde de la quiebra y que sus 17 escuelas de
enfermería no podrían continuar con la formación de más de 6.000
estudiantes y 600 docentes. Ahora, el gobierno de María Eugenia Vidal
postergó por un año la quita del beneficio.
El presidente de la Cruz Roja, Diego Tipping, había asegurado que el
recorte era "ilegal" y que esperaba que Vidal se retractara, aunque la
organización había intentado "desesperadamente" comunicarse con la
Provincia pero no lo atendían.
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