Un relevamiento de la UBA señala que hay 5 millones de personas desocupadas o subocupadas. Entre 2015 y 2018, los puestos que se generaron no alcanzan a cubrir el crecimiento poblacional. 

También aumentó la desigualdad en los ingresos.

En el país hay cinco millones de personas con problemas de trabajo, entre desocupados y subocupados. En lo que va de la gestión de Cambiemos, la creación de empleo no fue suficiente siquiera para compensar el crecimiento poblacional. Del primer trimestre de 2015 al primero de 2018 hay 1,2 millones más de personas en el mercado laboral, pero sólo 600 mil nuevos puestos de trabajo, en su mayoría informales. La diferencia entre uno y otro número son nuevos desocupados.

Así lo señala una investigación del Centro de Estudios Ciudad (CEC) de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El autor del trabajo, el economista Agustín Mario, advierte que, en simultáneo a ese proceso, se alargó la duración del desempleo: la proporción de desocupados que buscan trabajo desde hace más de un año aumentó un 11,1 por ciento con respecto a 2015, mientras que la de aquellos que buscan hace menos de un mes se redujo en 2,8 puntos.

El análisis fue hecho en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. En la primera parte de su análisis, el relevamiento comparó la tasa de actividad de 2015 versus la actual. “La tasa de actividad se incrementó en un punto porcentual entre los primeros trimestres de 2015 y 2018, mientras que en el mismo período la tasa de empleo se redujo en 0,3 punto porcentual. Esto implica que hay 1,2 millones más de personas en el mercado de trabajo pero sólo se crearon 600 mil empleos. La diferencia son nuevos desocupados”, indicó.

Comparando 2015 con 2018 –siempre en sus primeros trimestres–, la desocupación aumentó 2 puntos porcentuales. Con la misma tendencia, la subocupación subió un 2,2 por ciento. Esto implica, según detalla el análisis del CEC, que hay 2,4 millones de desocupados y 2,5 millones de subocupados, es decir casi 5 millones de personas con problemas de empleo. 

Si bien la desocupación aumentó en todos los grupos sociales, se volvió mayor para las personas que no terminaron la escuela secundaria (el incremento es de 1,9 contra un promedio de 1,1). Como regla general, la crisis laboral golpeó más fuerte a los que tienen menos estudios. El investigador remarcó, en este sentido, que “llaman la atención las enormes diferencias en el nivel de la tasa de empleo entre quienes no terminaron el secundario y el resto”. 

Otro profundo cambio generado por las políticas macristas es la precariedad de los nuevos empleos, ya que el grueso de estos trabajos son informales. Según la estimación del CEC, 8 de cada 10 nuevos empleos entran en esta categoría. 

El dossier toma dos enfoques para medir el fenómeno. Uno es la medición del empleo informal, no registrado, que aumentó 2,2 por ciento en relación a 2015. Otro es la proporción de empleo en el sector informal, “una medición que tiene más que ver con las características del establecimiento donde se desempeñan los trabajadores y que también aumentó, en este caso un 1,7 por ciento. 

Es decir que ambos indicadores empeoraron mucho desde 2015”, señaló el economista Mario. Los datos implican el aumento en más de 820 mil empleos informales y más de 730 mil empleos en el sector informal. 


Finalmente, el trabajo del CEC consideró la distribución del ingreso entre los trabajadores, notando que se amplió la desigualdad entre los que más cobran y los que menos ganan. 

“Considerando que, del primer trimestre de 2015 al mismo trimestre de 2018 el nivel general de precios se incrementó en un 120 por ciento y el nivel de precios de los alimentos en un 106 por ciento, puede afirmarse que los trabajadores pertenecientes a los quintiles 1 y 2 (de menores ingresos) no lograron compensar las subas de ninguno de los índices”; sólo los trabajadores del quintil 5 (el más alto) tuvieron incrementos salariales que equipararon o superaron la inflación.

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