El diputado Tailhade amplió su denuncia y presentó un pedido para que el
 ex CEO de Isolux, que fue excarcelado ayer en la causa de los 
cuadernos, sea citado también como arrepentido por la venta en la que 
favoreció al Grupo Macri.
El affaire de (las fotocopias de) los 
cuadernos del ex chofer del ministerio de Planificación, pica cerca de 
los negocios de Macri, aunque es evidente que los
 empresarios vinculados a ellos que quedaron implicados, por ahora les 
son funcionales y sólo se muestran como supuestas víctimas de las 
administraciones kirchneristas. 
El diputado Rodolfo Tailhade (FpV-PJ) 
pidió que Juan Carlos de Goycoechea, el ex CEO de Isolux Corsán que fue 
excarcelado ayer después de firmar un acuerdo para colaborar como 
arrepentido, sea citado también para declarar bajo esa misma figura en 
la causa en la que se investiga si el gobierno de Cambiemos, a través de
 una maniobra del ministerio de Energía, favoreció a empresas del Grupo 
Macri en la venta de seis parques eólicos. 
La denuncia que originó ese 
expediente señalaba que los seis parques que llegaron a quedar en manos 
de Isolux, fueron vendidos a firmas creadas para la ocasión, vinculadas a
 los Macri, sin licitación y con ganancias estimadas en cerca de 48 
millones de dólares.  
Una de las principales sospechas en esta investigación, que se inició
 con una publicación de la periodista Emilia Delfino, en Perfil, es que 
habría existido un pacto previo entre Isolux, Sideco (del Grupo Macri) y
 el ministerio de Energía.
Lo que plantea Tailhade es que es altamente 
probable que De Goycochea, el ex CEO de Isolux esté implicado en 
estos negociados, debería poder aportar información como arrepentido, la
 misma figura que se usa en la causa de los cuadernos para que algunos 
de los hombres ligados a históricos contratos de obra pública, hablen. 
Por eso le plantea al fiscal Eduardo Taiano que lo cite con esa 
posibilidad.
En el momento en que asume Macri la presidencia, Isolux estaba en una
 muy mala posición, en crisis y con sospechas de corrupción en España, 
su país de origen. Durante el kirchnerismo había obtenido licitaciones 
para la construcción de cuatro parques eólicos, aunque avanzó solo en la
 construcción de uno. Pese a que era una empresa en retirada, 
investigada y cerca de la quiebra, el gobierno de Cambiemos le daría dos
 contratos más. 
La hipótesis que planteó en su dictamen original Taiano
 es que cuando Isolux entró en crisis habría negociado en forma secreta 
la transferencia de sus concesiones de parques eólicos al Grupo Macri y,
 para que no apareciera la familia en forma tan evidente, hicieron un 
armado societario para camuflar la adquisición. 
Según publicó Delfino, 
de esa ingeniería se habría ocupado un contador llamado Mariano 
Payaslian, de confianza de los Macri, síndico de Sideco y de Iecsa (la 
empresa que tuvo al frente a Angelo Calcaterra), y de una sociedad entre
 Isolux y Iecsa. Las firmas fueron creadas desde el 29 de diciembre de 
2015, apenas asumió Cambiemos. 
Primero se creó Usir Argentina, luego en 
marzo de 2016 Parques Eólicos Miramar, Sideli y  Sidsel. La sospecha, 
reconocida en parte a Perfil por el contador, es que Sideco controlaba 
buena parte de estos negocios.
Las empresas ligadas al grupo familiar 
adquirieron los parques pero finalmente en 2017 vendieron todo a Genneia
 y la china Goldwind, lo que les habría generado una ganancia cercana a 
los 50 millones de dólares.
Tailhade aportó algunos datos nuevos a la causa, entre ellos, dictámenes de la Comisión Nacional de Defensa
 de la Competencia de noviembre de 2017 que acreditaría que Sideco 
estaba detrás de todas las sociedades  y que la operación de compra, para obviar la licitación, fue autorizada por la Secretaría de 
Comercio.
De Goycoechea, como “arrepentido” en la causa de los cuadernos, se 
enfocó en decir que otorgó dinero bajo presión, que es menos que lo que 
dicen los escritos atribuidos a Centeno, que el eje era que se trataba 
de dinero para la campaña de Cristina Kirchner y que además
 le pedían plata para entregarle los certificados de obra de la central 
termoeléctrica Río Turbio. Se presentó, como el resto, como víctima de 
supuestas extorsiones.
Lo cierto es, que la ruta de los "cuadernitos" desemboca directamente en las estafas de Macri al Estado.

 

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