"Nada garantiza que lleguen con este programa al año que viene”, advirtió Jorge Carrera, ex gerente del Central. “Un solo banco puede comprar 150 millones de dólares en una tarde”, planteó Arnaldo Bocco, de la UMET. “Parece suicida”, dijo el ex viceministro Alvarez Agis.

El Banco Central definió ayer un nuevo programa monetario, cambiario y financiero a pedido del Fondo Monetario Internacional. La apuesta del organismo es no emitir ni un solo peso hasta junio del próximo año y evitar el factor de discrecionalidad en las intervenciones sobre el tipo de cambio. El nuevo presidente de la entidad, Guido Sandleris, definió que hasta 44 pesos no participará en el mercado y a partir de esa cotización ofrecerá 150 millones de dólares por día. 

La cotización se actualizará por inflación todos los días para intentar prevenir apreciaciones reales. Economistas consultados por este diario aseguraron que la estrategia del Central es fuertemente contractiva. La consecuencia será más recesión de la actividad económica con caídas del consumo y la producción. Habrá pocos pesos circulando y los préstamos resultarán cada vez más caros para las empresas y los hogares. 

En la city sorprendió el anunció del Central por la falta de sofisticación. “Es un esquema de agregados monetarios muy primitivo. La propuesta busca poner un ancla nominal pero resulta inconsistente”, mencionó el ex gerente de investigaciones del Banco Central, Jorge Carrera. “Están contando una película que la escriben los mismos autores de los programas de metas de inflación. Son propuestas teóricas que cuando se quieren llevar a la práctica en la Argentina no logran sostenerse. Nada garantiza que lleguen con este programa al año que viene. El principal antecedente es que este año ya cambiaron varias veces la dirección de la política monetaria.” 

Carrera indicó que el principal impacto de la emisión cero, en el caso que se cumpla, será sobre el mercado interno por el retroceso del PBI. “En la Argentina tenés un problema importante. La población no te cree. El Central ahora hace una promesa que parece muy simple, no emitir más pesos, pero es muy rígida. Poder cumplirla va a requerir una tasa de interés muy elevada y si la inercia inflacionaria no se frena implicará una recesión cada vez más profunda”, indicó. El investigador dijo que “la autoridad monetaria mostrará en los próximos meses cuánto sacrificio en términos de producción y consumo está dispuesta a pagar para cumplir sus promesas”.

El anuncio sobre el nuevo esquema de intervenciones no discrecional también generó suspicacias entre los economistas. “Las bandas las hicieron muy amplias. Entre el piso y el techo no intervenís y si supera esa cotización el Central está dispuesto a poner hasta 150 millones de dólares por día. Eso no tiene mucha consistencia. Con esa cantidad de divisas es imposible parar una corrida que te lleve por arriba de los 44 pesos. Un solo banco puede demandarte ese monto en una tarde”, planteó Arnaldo Bocco, director del Observatorio de la Deuda Externa de la Umet. 

El economista se mostró poco optimista con la nueva estrategia de emisión. “Se lanzó una medida ultra monetarista. La entidad va a intentar retirar dinero de circulación en cantidades. Es una propuesta que excede al Banco Central y es a pedido del Fondo. El efecto se va a sentir en la actividad. El crédito va a ser escaso y muy caro. En definitiva se intentará moderar la inflación con más recesión”, planteó. Agregó que “la economía necesitaba escuchar un programa monetario, cambiario y financiero. El problema es que el anuncio no cumple con las expectativas. No parece consistente. No soluciona ningún problema estructural y tendrá fuerte impacto en la gente”.

El ex viceministro de Economía Emmanuel Alvarez Agis mostró preocupación por el impacto en las tasas de interés. “El anuncio monetario atrasa 40 años. La propuesta del Central es que la tasa de interés va a ser todo lo alta que tenga que ser para cumplir con una base monetaria creciendo cero por ciento”, dijo. Planteó que la propuesta no tiene en cuenta que puede haber una mayor caída en la demanda de dinero, es decir que se acelere por ejemplo la compra de dólares. “En momentos de corrida cambiara es un riesgo anunciar este tipo de programas de fuerte contracción monetaria. Puede reforzar las tensiones y provocar una mayor presión sobre la corrida”, mencionó. 

La caída del PBI, según Agis, será de al menos 2 por ciento el año que viene. “El torniquete monetario anunciado es muy fuerte y tendrá impacto en el mercado interno”. El economista cerró con una fuerte advertencia sobre la nueva propuesta cambiaria, en la que sólo se intervendrá cuando el tipo de cambio supere el umbral de 44 pesos. “Se fijó una banda de no intervención muy amplia para ser operativa y el techo es un precio del dólar muy bajo. No hay margen para que salga bien. Se anunció un experimento de tipo monetario que parece suicida. Los funcionarios no entienden que el problema de la Argentina es de liquidez y no de solvencia”, cerró.

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