La Corte revocó la domiciliaria de Etchecolatz, con la única oposición del presidente del tribunal, Rosenkrantz, quien fue impulsado por Macri
 La CSJN anuló la prisión domiciliaria al genocida en dos causas en las 
que está condenado por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la 
última dictadura cívico militar. Sin embargo, la decisión no fue 
unánime, ya que el flamante titular del máximo tribunal votó en 
disidencia. 
La Corte Suprema de Justicia revocó la prisión domiciliaria del genocida Miguel Etchecolatz
 en dos causas en las que está condenado por crímenes de lesa humanidad 
cometidos durante la última dictadura militar. Sin embargo, un dato que 
estuvo lejos de pasar desapercibido fue que el fallo no fue 
unánime nada más y nada menos que porque Carlos Rosenkrantz, el flamante
 presidente del máximo tribunal con impulso de Macri, votó en 
disidencia.
El expediente llegó a la Corte a partir de un recurso de queja 
presentado por el Ministerio Público Fiscal, bajo las órdenes del 
procurador interino del Gobierno, Eduardo Casal. Los jueces Elena Highton de Nolasco, Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y el exjefe del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti,
 se limitaron a citar su propia jurisprudencia, plasmada en el fallo 
"Bergés", a la hora de argumentar su decisión de revocar el beneficio 
contra el excomisario de la bonaerense Etchecolatz.
En la sentencia citada, firmada en abril de 2016, la Corte consideró que
 la concesión de arresto domiciliario por cuestiones de salud -como en 
el caso de Etchecolatz- requiere la previa intervención del Cuerpo 
Médico Forense, porque su imparcialidad está garantizada por normas 
específicas. Resaltó también que las conclusiones de estos informes 
deben poder ser controladas por las partes.
En la otra vereda, Rosenkrantz, el "cerebro" del 2x1 a genocidas, votó 
en disidencia en ambas causas por considerar que los recursos de queja 
presentados no debían ser atendidos por la Corte por cuestiones 
técnicas.
La semana pasada, Etchecolatz fue condenado a prisión perpetua por 
cuarta vez por su actuación durante la última dictadura militar en los 
centros clandestinos de detención que funcionaron en la División 
Cuatrerismo de la Brigada Güemes, en La Matanza, y en la comisaría 1° de
 Monte Grande, de Esteban Echeverría.
 
 
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