El binomio que conduce la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, postergo la decisión de convocar a un paro.
El Consejo Directivo de la CGT puso en
stand by la convocatoria a un nuevo paro general. Durante el encuentro,
realizado en la sede de la central obrera, se escucharon posiciones
encontradas sobre la oportunidad y conveniencia de una nueva medida de
fuerza nacional.
La existencia de conversaciones informales con miembros
del Gobierno nacional y la necesidad de consensuar una posición común
llevó al binomio, que lidera la central sindical, a postergar la decisión
hasta el jueves 8 de noviembre.
La reunión, que tuvo una extensión superior a las dos horas, sirvió
para que los sectores internos que conviven en la CGT expresaran sus
posiciones con respecto a la actitud que debe tener la central frente a
la situación política, social y económica que atraviesa el país.
En cuanto al diagnóstico todos coincidieron en señalar que no hay
nada que esperar del Gobierno nacional y sobre todo que modifique su
política económica. Sin embargo, las diferencias surgieron cuando hubo
que consensuar los pasos a seguir ante este escenario.
Por caso, los gremios que responden al gastronómico Luis Barrionuevo
se expresaron a favor de volver a explorar el camino "del diálogo". Una
postura que encontró eco en algunos dirigentes del sector de gordos e
independientes. Algunos lo expresaron a través de sus intervenciones
donde reiteraron su incredulidad con respecto a un posible cambio en el
Gobierno y como tal se mostraron más proclives a trabajar para las
elecciones del año próximo.
En ese sentido no ven conveniente agitar las
aguas a través de un nuevo paro nacional y consideran como mejor
estrategia la tarea de construir un frente lo más amplio posible para
ganar las elecciones presidenciales.
A favor del paro se expresó un mayor número de gremialistas aunque,
según confiaron voceros sindicales, no en una cantidad suficiente como
para imponer su posición. Los más fervorosos por lanzar una nueva medida
de fuerza fueron Jorge Sola de seguros y el ferroviario Omar Maturano
(La Fraternidad) que se entusiasmaron con la idea de realizar una nueva
acción directa. “Hay que marcarle la cancha al gobierno. Tenemos que
estar en la calle”, los escucharon afirmar.
Otros dirigentes
reconocieron, una vez que finalizó la reunión, que el paro se va a
imponer y que “va a ser fuerte” pero advirtieron que todavía no está
claro cuál será su modalidad. Esto es, el tradicional paro de 24 horas o
avanzar en uno más extenso que incluya una movilización. Este grupo
tiene como fecha posible el 27 de noviembre y de concretarse sería
prácticamente sobre el comienzo de la reunión del G-20.
Esto los
entusiasma porque les permitirá tener una mayor visibilidad mediática
por la cantidad de medios extranjeros que llevarán a cubrir el evento
internacional.
Según trascendió, fue el co-secretario general Héctor Daer quien
buscó en todo momento una decisión consensuada. Fiel a su perfil más
dialoguista, el titular del gremio de la Sanidad se concentró en buscar
el consenso entre ambos sectores y por eso es que propuso postergar la
decisión hasta la próxima semana porque, como sostuvo Daer, “el paro es
facultad nuestra y podemos anunciarlo cuando creamos más conveniente”.
El otro elemento que pesó a la hora de acordar el cuarto intermedio
fue la existencia de comunicaciones, informales por ahora, con la Casa
Rosada. A diferencia de otros momentos políticos, los contactos no se
producen con las oficinas del ahora secretario de Trabajo, Jorge Triaca,
de hecho sus voceros reconocieron que no hablan con la conducción de la
CGT. Ahora las charlas se están realizando con colaboradores del
ministro de la Producción y Trabajo, Dante Sica, quien ya tuvo contacto
tanto con el binomio que conduce la CGT como con los gremios de la
industria cuando marcharon hasta la sede del Ministerio para reclamar la
protección de la industria nacional y el empleo.
Los gremialistas por
ahora lo prefieren como interlocutor pero no sólo porque es ministro
sino porque consideran que por las venas de Sica todavía hay restos de
peronismo a diferencia del ahora secretario Triaca.
La pregunta que surge es: si esta CGT representa el clamor de los trabajadores...por el momento pareciera que no.
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