La Iglesia Católica aceptó dejar de recibir fondos del Estado
Lo decidió la Conferencia Episcopal, en plena tensión con el gobierno
nacional, y definirán una estrategia para reemplazar ese dinero por la
autosustentación del culto de forma gradual.
Esto es lo que se destinará en
el Presupuesto 2019.
La Conferencia Episcopal Argentina llegó a una decisión
histórica este viernes, al aceptar que la Iglesia Católica deje de
recibir aportes del Estado. Esto implica asignaciones a los Obispados y becas para seminaristas y parroquias de frontera.
El reemplazo del fondo estatal por la autosustentación del culto se
dará de forma gradual y analizan las mejores estrategias para lograr
dicho cometido. En el Presupuesto 2019 el gobierno nacional tiene previsto destinar 140 millones de pesos para el catolicismo.
Luego del duro mensaje hacia el Gobierno que lanzó el presidente de la
Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, en la homilía de apertura
del encuentro de obispos el lunes pasado, hoy culminó esa reunión con
una señal inequívoca hacia la Casa Rosada: el sustento estatal a los
obispos irá hacia un esquema de reemplazo gradual de esa ayuda del
Estado a la Iglesia.
En esa línea, decidieron crear una Conferencia Episcopal para
el sostenimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia. Esta
trabajará en la creación de un "fondo solidario y la continuidad del
diálogo con el gobierno nacional, consensuando diversas alternativas que
facilitarán este reemplazo".
Los $140 millones que el Estado aporta a la
Iglesia Católica, por mandato del Artículo 2 de la Constitución
Nacional, representan el 7% de los fondos de la religión, pero tienen una
gran significancia política.
Tras el debate por el Aborto Seguro, Legal y Gratuito, sectores
feministas, ateos y de izquierda empezaron una fuerte campaña para la
separación total de la Iglesia y el Estado. No contemplando la Constitución Nacional, la cual prevé a la religión Católica Apostólica Romana como el culto oficial de la República Argentina, nucleando al conjunto poblacional.
Por otra parte, en la Argentina conviven 3000 cultos de diferentes vertientes, con lo cual, resulta inexplicable el empecinamiento de estas minorías que, pudiendo ejercer libremente su libertad de culto, sellada en la mentada Constitución, ataquen de manera permanente a la religión católica, no respetando a las mayorías que la sustentan.
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