El juez Ramos Padilla le pidió al Procurador General de la Nación que garantice la comparecencia del fiscal.
El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, declaró esta mañana "en rebeldía" al fiscal Carlos Stornelli,
en el marco de la causa en la que se investiga a una organización
delictiva que realizó espionaje ilegal en causas judiciales, y por la
que ya se encuentra detenido el falso abogado Marcelo D'Alessio.
Se debe a su negativa a concurrir a la indagatoria pedida por el juez en cuatro oportunidades. La última ocasión fue este martes.
Ramos Padilla sostuvo en una resolución de 28 carillas que no lo volverá a citar al explicar que “como consecuencia de la rebeldía, corresponde suspender el diálogo procesal entre el encausado y el tribunal".
Aclaró
que la privación de libertad no resulta posible por los fueros, por lo
que el camino es declararlo rebelde y pidió al procurador Eduardo Casal garantizar la comparecencia del fiscal.
El fiscal federal Carlos Stornelli eludió
ayer por cuarta vez la citación a indagatoria en la causa judicial que
se tramita en Dolores por lo cual el juez Alejo Ramos Padilla lo declaró
hoy en rebeldía. El magistrado dispuso la medida a primera hora de esta
mañana porque durante toda la jornada del martes estuvo dedicado a
tomarle declaración a un nuevo denunciante: Mario Cifuentes.
Se ve que Stornelli estaba seguro de que el magistrado lo iba a
procesar, dada la cantidad de evidencias que hay en el expediente, y
entonces se convirtió en una especie de prófugo: prefiere estar en
rebeldía, que estar procesado por integrar una asociación ilícita
dedicada al espionaje ilegal, la extorsión y la coacción.
La citación era este martes a las 12, pero Stornelli no salió de su
lujoso departamento en lo más selecto de Palermo Chico. Envió a Dolores a
su abogado, Roberto Ribas, quien reiteró que el magistrado es
incompetente y que el llamado a indagatoria es nulo. Nada de eso lo
eximía de presentarse. No es extraño que imputados presenten
cuestionamientos a los jueces, pero concurren como es debido, ya sea a
declarar o a abstenerse de declarar. En cambio Stornelli, que es
funcionario del servicio de justicia, esquiva la justicia.
En la noche del lunes se fue vislumbrando la
posibilidad de que Stornelli no viajara a Dolores. La movida era
llamativa porque el propio fiscal y su abogado habían pedido una
prórroga, una especie de tomada de pelo al magistrado. Lo cierto es que
el abogado de Stornelli, Roberto Ribas, dio a conocer un nuevo escrito
pidiendo la nulidad de la convocatoria del fiscal y la incompetencia del
juez. El argumento técnico fue que el fiscal de Dolores, Juan Pablo
Curi, no había impulsado las acusaciones. El propio Curi le salió al
cruce con un dictamen y el juez rechazó los planteos de Stornelli este
martes.
El otro reclamo de Ribas es que Ramos Padilla debió tratar el pedido
de incompetencia, es decir, el envío de la causa a Comodoro Py. El
defensor del fiscal dice que el magistrado se demora demasiado. Lo que
ocurrió es que Ramos Padilla le dio vista a las partes, que tuvieron
cinco días para fijar postura. Pero en el camino el fiscal de Dolores
agregó nuevos argumentos a favor de enviar la causa a Comodoro Py y el
juez nuevamente le dijo a las partes que opinaran –defensas,
querellantes–, todo lo cual demoró el trámite, pero no de manera
inhabitual o irregular.
Sin embargo, más allá de los cuestionamientos a Ramos Padilla, la
obligación del fiscal era presentarse a declarar como ocurre con
cualquier ciudadano. También correspondía la entrega de su celular para
que se le realice la pericia que se hace con los teléfonos de cualquier
otro imputado. Para el común de los mortales, la ausencia por cuarta vez
a una indagatoria hubiera significado la detención automática e
incluso, si se aplicaran las normas del insólito show armado
habitualmente por Patricia Bullrich, se hubiera visto a Stornelli con el
chaleco, el casco y rodeado de efectivos con los rostros tapados.
Casi todos los imputados en las causas de Comodoro Py han recusado
jueces, pidieron su incompetencia, reclamaron nulidades. Ocurrió, por
ejemplo, con los familiares de las víctimas de la AMIA en varias
oportunidades respecto de los jueces Juan José Galeano y de Claudio
Bonadio.
Ramos Padilla declaró recién hoy en rebeldía a Stornelli porque ayer
puso el foco en otra arista de la causa. El magistrado es quien toma
personalmente los testimonios e indagatorias, lejos del estilo de
Comodoro Py, por lo que este martes consagró horas y horas a escuchar al
nuevo denunciante del expediente. Según cuentan, al anochecer Ramos
Padilla salió del juzgado a fumar un cigarrillo y anticipó que recién
empezaría a tomar la segunda parte del testimonio de Mario Cifuentes.
Por eso no resolvió.
El juez tenía, frente a Stornelli, dos alternativas:
- Mandarlo a buscar por la fuerza pública, es decir enviar un
patrullero con la orden de llevarlo a Dolores a declarar. El magistrado
no tiene la facultad de ordenar una prisión preventiva posterior porque
Stornelli tiene inmunidad de arresto, aunque hay voces de juristas que
ni siquiera admiten que cuente con ese privilegio. Citan como
antecedente lo ocurrido con Milagro Sala, que era legisladora del
Parlasur. Constitucionalistas como Andrés Gil Domínguez afirman que
Ramos Padilla tiene facultades para mandarle el patrullero a Stornelli
pero coincide en que no puede dejarlo detenido después.
- La segunda alternativa era declararlo en rebeldía y notificar al
procurador Eduardo Casal que el fiscal no está a derecho. Eso es lo que
Stornelli elige como el mal menor ya que significa que las cosas se
manejan dentro de su ámbito, más todavía teniendo en cuenta que Casal
actúa bastante en sintonía con la Casa Rosada. Sin embargo, el costo
político de esa jugada es altísimo: ante la sociedad es un fiscal en
rebeldía, un fiscal que no está a derecho y que pierde toda autoridad en
las causas judiciales porque no puede reclamar que alguien se presente
si él mismo no lo hace.
Este miércoles el juez lo declaró en rebeldía, pero no se puede
descartar que también le envíe el patrullero. El dato indiscutible es
que la Argentina tiene, desde este martes, un fiscal huyendo de la
justicia.
El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, declaró esta mañana "en rebeldía" al fiscal Carlos Stornelli,
en el marco de la causa en la que se investiga a una organización
delictiva que realizó espionaje ilegal en causas judiciales, y por la
que ya se encuentra detenido el falso abogado Marcelo D'Alessio.
Se debe a su negativa a concurrir a la indagatoria pedida por el juez en cuatro oportunidades. La última ocasión fue este martes.
Ramos Padilla sostuvo en una resolución de 28 carillas que no lo volverá a citar al explicar que “como consecuencia de la rebeldía, corresponde suspender el diálogo procesal entre el encausado y el tribunal".
Aclaró
que la privación de libertad no resulta posible por los fueros, por lo
que el camino es declararlo rebelde y pidió al procurador Eduardo Casal garantizar la comparecencia del fiscal.
El fiscal federal Carlos Stornelli eludió
ayer por cuarta vez la citación a indagatoria en la causa judicial que
se tramita en Dolores por lo cual el juez Alejo Ramos Padilla lo declaró
hoy en rebeldía. El magistrado dispuso la medida a primera hora de esta
mañana porque durante toda la jornada del martes estuvo dedicado a
tomarle declaración a un nuevo denunciante: Mario Cifuentes.
Se ve que Stornelli estaba seguro de que el magistrado lo iba a
procesar, dada la cantidad de evidencias que hay en el expediente, y
entonces se convirtió en una especie de prófugo: prefiere estar en
rebeldía, que estar procesado por integrar una asociación ilícita
dedicada al espionaje ilegal, la extorsión y la coacción.
La citación era este martes a las 12, pero Stornelli no salió de su
lujoso departamento en lo más selecto de Palermo Chico. Envió a Dolores a
su abogado, Roberto Ribas, quien reiteró que el magistrado es
incompetente y que el llamado a indagatoria es nulo. Nada de eso lo
eximía de presentarse. No es extraño que imputados presenten
cuestionamientos a los jueces, pero concurren como es debido, ya sea a
declarar o a abstenerse de declarar. En cambio Stornelli, que es
funcionario del servicio de justicia, esquiva la justicia.
En la noche del lunes se fue vislumbrando la
posibilidad de que Stornelli no viajara a Dolores. La movida era
llamativa porque el propio fiscal y su abogado habían pedido una
prórroga, una especie de tomada de pelo al magistrado. Lo cierto es que
el abogado de Stornelli, Roberto Ribas, dio a conocer un nuevo escrito
pidiendo la nulidad de la convocatoria del fiscal y la incompetencia del
juez. El argumento técnico fue que el fiscal de Dolores, Juan Pablo
Curi, no había impulsado las acusaciones. El propio Curi le salió al
cruce con un dictamen y el juez rechazó los planteos de Stornelli este
martes.
El otro reclamo de Ribas es que Ramos Padilla debió tratar el pedido
de incompetencia, es decir, el envío de la causa a Comodoro Py. El
defensor del fiscal dice que el magistrado se demora demasiado. Lo que
ocurrió es que Ramos Padilla le dio vista a las partes, que tuvieron
cinco días para fijar postura. Pero en el camino el fiscal de Dolores
agregó nuevos argumentos a favor de enviar la causa a Comodoro Py y el
juez nuevamente le dijo a las partes que opinaran –defensas,
querellantes–, todo lo cual demoró el trámite, pero no de manera
inhabitual o irregular.
Sin embargo, más allá de los cuestionamientos a Ramos Padilla, la
obligación del fiscal era presentarse a declarar como ocurre con
cualquier ciudadano. También correspondía la entrega de su celular para
que se le realice la pericia que se hace con los teléfonos de cualquier
otro imputado. Para el común de los mortales, la ausencia por cuarta vez
a una indagatoria hubiera significado la detención automática e
incluso, si se aplicaran las normas del insólito show armado
habitualmente por Patricia Bullrich, se hubiera visto a Stornelli con el
chaleco, el casco y rodeado de efectivos con los rostros tapados.
Casi todos los imputados en las causas de Comodoro Py han recusado
jueces, pidieron su incompetencia, reclamaron nulidades. Ocurrió, por
ejemplo, con los familiares de las víctimas de la AMIA en varias
oportunidades respecto de los jueces Juan José Galeano y de Claudio
Bonadio.
Ramos Padilla declaró recién hoy en rebeldía a Stornelli porque ayer
puso el foco en otra arista de la causa. El magistrado es quien toma
personalmente los testimonios e indagatorias, lejos del estilo de
Comodoro Py, por lo que este martes consagró horas y horas a escuchar al
nuevo denunciante del expediente. Según cuentan, al anochecer Ramos
Padilla salió del juzgado a fumar un cigarrillo y anticipó que recién
empezaría a tomar la segunda parte del testimonio de Mario Cifuentes.
Por eso no resolvió.
El juez tenía, frente a Stornelli, dos alternativas:
- Mandarlo a buscar por la fuerza pública, es decir enviar un patrullero con la orden de llevarlo a Dolores a declarar. El magistrado no tiene la facultad de ordenar una prisión preventiva posterior porque Stornelli tiene inmunidad de arresto, aunque hay voces de juristas que ni siquiera admiten que cuente con ese privilegio. Citan como antecedente lo ocurrido con Milagro Sala, que era legisladora del Parlasur. Constitucionalistas como Andrés Gil Domínguez afirman que Ramos Padilla tiene facultades para mandarle el patrullero a Stornelli pero coincide en que no puede dejarlo detenido después.
- La segunda alternativa era declararlo en rebeldía y notificar al procurador Eduardo Casal que el fiscal no está a derecho. Eso es lo que Stornelli elige como el mal menor ya que significa que las cosas se manejan dentro de su ámbito, más todavía teniendo en cuenta que Casal actúa bastante en sintonía con la Casa Rosada. Sin embargo, el costo político de esa jugada es altísimo: ante la sociedad es un fiscal en rebeldía, un fiscal que no está a derecho y que pierde toda autoridad en las causas judiciales porque no puede reclamar que alguien se presente si él mismo no lo hace.
Este miércoles el juez lo declaró en rebeldía, pero no se puede
descartar que también le envíe el patrullero. El dato indiscutible es
que la Argentina tiene, desde este martes, un fiscal huyendo de la
justicia.
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