La Argentina con Macri tiene el menor consumo de leche del Siglo XXI.


Un relevamiento del Observatorio de la Cadena Láctea que depende de la Secretaría de Agricultura evidenció como la gestión de Cambiemos destrozó el tejido social de la Argentina en su área más sensible. El nivel de consumo de leche, indispensable para niños y adultos, ya está en niveles más bajos que el 2001 mientras los precios siguen subiendo.


Macri comenzó su gestión prometiendo "pobreza cero" pero la pobreza y la indigencia llegaron a niveles que no se veían desde la crisis del 2001. Uno de los datos que más expone la atrocidad de quitarle el alimento y la vivienda a los argentinos se observa en el consumo de leche el cual llegó a niveles de la salida de la crisis que generó el gobierno de Fernando De la Rúa.

Según el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), que depende de la Secretaría de Agricultura, en el primer semestre del año el consumo fue de a 182 litros, un 13,2 por ciento menos que en 2018 y un 16,1 por ciento por debajo de 2015. Además Entre agosto de este año e igual mes de 2018 los precios de productos lácteos aumentaron 93,5 por ciento en promedio. 

“Los argentinos estamos pagando a nivel de exportación de leche en polvo y, en algún caso, más caro”, explicó el presidente de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco), Pedro Bussetti. Esto no es todo, la firma Danone envió a los mayoristas listas de precios con remarcaciones del 20 por ciento a partir de octubre.

Desde Deuco expusieron como los argentinos consumimos 35 litros menos de leche por habitante que en 2015. Si se observa el consumo per cápita se encuentra en los 182 litros de leche, el menor nivel desde el 2003 cuando se tomaron 179 lts. El indicador actual incluso es menor a 2001 y 2002 cuando se consumieron 222 y 195 litros respectivamente.

Al momento de observar los cuatros años de macrismo se ve que todos los años fueron malos, en todos hubo caída del consumo. Si se parte de los 217 litros que se consumían en 2015, se observa que en 2016 fueron 200, en 2017 ya se tomaron 195 y en 2018 se clavó en 190.

Un rubro donde los precios que no paran de subir

Dentro del listado de productos lácteos, lo que más subió fue el yogurt, que pasó de 26,29 a 53,11 pesos, un 102 por ciento más que un año atrás. Le sigue el queso pategrás (a 579,38 pesos el kilo) y la leche en polvo (340,69 pesos), ambos con el 96 por ciento de aumento. La manteca se encareció 95 por ciento de 53,58 a 104,86 pesos, el queso sardo (630,36 pesos) 93 por ciento y el cremoso (344,56 pesos el kilo) el 90 por ciento. Por su parte, el sachet de leche pasó de 26,09 a 48,37 pesos, con un alza de 85,03 por ciento.

“En el programa precios esenciales se encuentra la lecha La Martona con un precio de 35,80 pesos el litro, mientras que la marca La Serenísima, que es la misma leche, se paga sin IVA entre 45,30 y 48,10 pesos. El costo para las grandes cadenas comerciales al que reciben el producto es de 36,68 pesos”, señala Bussetti. El titular de la asociación de consumidores insiste en el perjuicio que genera a la economía local no tener una política que asegure la provisión para el mercado interno a precios que no sean los de exportación.

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