Macri corta la cinta de rutas sin terminar y puentes sin bajada.
Sin tener ni un solo logro que mostrar, Macri planificó 85 inauguraciones.
El problema es que no están terminadas o se paralizaron por el
ajuste.
Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal estarán este lunes en Junín
para hacer una especie de inauguración trucha de la Ruta Nacional 7 que
une esa localidad con Chacabuco. Pero como el tramo no está completo y
el objetivo es cortar cintas por urgencias electorales, se van a
inaugurar sólo diez kilómetros, sin que estén listas las colectoras ni
los distribuidores, y con señalización colocada en forma provisoria. En
el listado de actos que se hizo a las apuradas, también figuran diez
kilómetros de los 85 que tiene el nuevo Camino del Buen Ayre (Autopista
General Perón), en el que cortarán una cinta de un distribuidor que no
tiene salida: se puede subir pero no bajar.
En el resto de los 85
kilómetros la obra está paralizada y ni siquiera se avanza en expropiar
los terrenos necesarios. En la Ruta Nacional 8 se inauguró la
circunvalación a Pergamino, pero según denuncia el personal de Vialidad
no se puede ingresar porque no está habilitado para el tránsito. El
tramo que une Pilar y Pergamino se dividió en nueve y hay varias partes
paralizadas. La obra de la Ruta Nacional 3, entre San Miguel del Monte y
Las Flores, está igualmente frenada por falta de financiamiento y los
terrenos tampoco fueron expropiados.
Hubo una intención de inaugurar nuevas
oficinas del Ministerio de Justicia en la ex ESMA este martes, pero la
movida también se suspendió porque las obras están lejos de terminarse y
los organismos de Derechos Humanos cuestionaron el uso electoral. El
panorama es igual en casi todas las obras. Aún así, las necesidades de
Cambiemos determinaron que se arme un cronograma de 85 cortes de cintas
en muy pocos días, con riesgos para trabajadores y usuarios.
Quedó a la
vista con el caso de la obra del aeropuerto de Ezeiza: el juez Federico
Villena investiga si la muerte del capataz José Bulacio se debió a una
sobrecarga en una estructura motivada por el apuro para que se haga una
pseudoinauguración de una ínfima parte de la terminal que recién estará
lista en un año.
La situación de hecatombe electoral y las peleas dentro de Cambiemos
producen idas y vueltas con las inauguraciones, con cambios de fecha,
presencias y ausencias. Desde La Plata, la gobernadora Vidal le hizo
saber a la Casa Rosada que acompañará sólo seis de las 85
inauguraciones, los actos que se hagan en territorio bonaerense.
"Acompañaremos la campaña nacional desde acá", señalaron en la
gobernación, con espíritu de hacer sólo lo imprescindible y no aparecer
demasiado con Macri.
Las dificultades para inaugurar son
obvias, porque el plan acordado con el FMI incluye justamente el
recorte total de fondos. A esto se agrega el naufragio de la
Participación Pública Privada (PPP), dado que los privados no aportaron
lo que iban a aportar y todo el dinero lo está poniendo el Estado. Para
colmo, se denuncia que "el Estado pone y los privados cobran peaje" . A semejante panorama se suman las pruebas categóricas de que
el macrismo construye más caro que el gobierno anterior (en valores
constantes) y tarda infinitamente más.
El tramo de la Ruta 7 que se va a
inaugurar este lunes se licitó a 727 millones de pesos en 2015. Ni bien
entró el gobierno de Macri se autorizó un rediseño que llevó el valor a
1049 millones y hasta ahora se pagaron 4.272 millones. Se estima que se
completó sólo el 64 por ciento de la obra, de manera que es imposible
terminarla en enero de 2020. La construcción lleva ya 52 meses desde el
inicio, cuando se pactó la terminación en 24 meses. Todas las denuncias
fueron presentadas por el Sindicato de Trabajadores Viales, que lidera
Graciela Aleña y por la Federación del Personal de Vialidad, que
encabeza Fabián Cattanzaro. También por Ricardo Lasca, coordinador de
Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial (CONADUV).
El modelo
es siempre el mismo. Obras sin terminar, sin financiamiento y la mayor
parte de los tramos restantes paralizados. Uno de los grandes planes era
unir el Acceso Oeste con la Ruta 2 en lo que se conoce como Camino del
Buen Ayre, aunque su nombre oficial es Autopista Perón. Vincula todo el
oeste --Merlo, La Matanza-- con el sur bonaerense. El Buen Ayre ya va
del Acceso Norte al Oeste, de manera que establece un semicírculo que
recorre el conurbano bonaerense. El problema es que lo que se va a
inaugurar tiene nueve kilómetros de los 85 de la totalidad de la obra.
Según señalan las organizaciones de trabajadores, ni siquiera esos nueve
kilómetros están terminados. El distribuidor que está en Merlo tiene
entrada, pero la salida no está lista. Sin embargo, lo más grave es que
todo el resto de la traza está paralizada, es decir que no se está
trabajando porque no está el financiamiento y no se siguió con las
expropiaciones de los terrenos por los que pasa la autopista.
Ezeiza
El mismo modelo de una pseudo inauguración se
iba a aplicar también este lunes en la nueva terminal que se está
construyendo en Ezeiza. El plan obviamente naufragó porque se produjo el
accidente que costó la vida del capataz, José Bulacio. El juez federal
Federico Villena investiga las causas de lo ocurrido. En principio está
claro que no hubo una grúa que tocó un andamio, sino una estructura que
colapsó y cayó desde 20 metros de altura. Todo indica que la razón fue
una sobrecarga y lo que analiza Villena es cuánto incidió la urgencia
para hacer la inauguración en esa sobrecarga.
Lo que se iba a
hacer era grosero. Una especie de showroom, con durlock, vidrios y
televisores, que luego se desmontaría. Pero el objetivo era mostrar que
la espectacular estructura del Zeppelin (así se llama por el diseño) ya
está armada. Por eso había que terminar esa especie de cieloraso en el
que estaban trabajando a 20 metros de altura. La jugada de claro tinte
electoral implicó un movimiento inusual de trabajadores, todos operando
en un lugar reducido y con el objetivo de que las cosas estuvieran
listas para este lunes. La inauguración total del Zeppelin llevará
aproximadamente un año más.
Ministerio
El rumor
extendido fue que también este martes se haría una especie de
inauguración de las nuevas oficinas del Ministerio de Justicia en la ex
ESMA, hoy Espacio de la Memoria. La movida motivó un decreto del Poder
Ejecutivo de la semana pasada. Por de pronto hubo debate dentro de los
organismos de Derechos Humanos, pero la cuestión clave fue que era
evidente que la obra no está ni cerca de estar terminada. Para Cambiemos
la jugada era de importancia porque el ministerio se ubicaría en el ex
Casino de Aspirantes y Cantina, y el edificio se llamará Raúl Alfonsín.
Es decir que encajaba bien con un mensaje a los radicales del
oficialismo, ya muy golpeados.
Gabriela Alegre de la Asociación
Buena Memoria hizo público el rechazo a la utilización de la ex ESMA
para cuestiones electorales y más aún con una obra inconclusa.
"Repudiamos el uso de un espacio como este para hacer un acto electoral.
Y más todavía cuando se trata de quienes agredieron a Madres y Abuelas
ya la memoria de nuestros desaparecidos durante toda su gestión", señaló
Alegre.
Valores
En toda la publicidad y en los
actos inaugurales, Macri sugiere que las obras durante el
kirchnerismo no se hicieron, fueron más caras o tardaron más. Los
dirigentes del STV y de la Fepevina, las dos organizaciones de los
trabajadores de Vialidad, señalaron con mucho detalle que las obras se
encarecieron de manera brutal y las demoras terminaron siendo inauditas.
En el argot de la construcción vial se habla de "redeterminaciones",
que es el mecanismo por el cual la empresa constructora puede pedir un
aumento cada vez que el índice de la construcción aumenta un 10 por
ciento.
La Fepevina estableció cuántas redeterminaciones hubo durante el
macrismo. Son aumentos que, en general, reciben todas las constructoras
de todas las obras. Los datos son asombrosos: cinco en 2016; seis
durante 2017; diez durante 2018 y cuatro en lo que va de 2019. En la
Ruta Nacional 8, en la que Macri inauguró siete kilómetros, la
licitación original fue por 550 millones y el valor actual es 4.510
millones. Se calcula que la ejecución de la obra está en el 60 por
ciento y el plazo de finalización es noviembre de 2019.
Es obvio que no
se terminará para esa fecha y no es difícil calcular que los valores van
a estar en cerca de 8.000 millones, casi 20 veces más de lo previsto.
Aún así, gran parte de la obra está paralizada. El STV denunció
sobreprecios en un rediseño del tramo IIB (se dividió en nueve toda la
obra) de la Ruta Nacional 8, que construye Iecsa, la empresa del Grupo Macri. La construcción está paralizada y lo que se verifica en
la actualidad es que el tramo termina en el campo.
La realidad
es que la administración Macri no puede exhibir ningún logro económico y
por lo tanto en el menú de temas electorales hay muy poco por elegir.
En esa situación, la salida elegida fue cortar cintas. Pero el detrás de
la escena muestra obras que en verdad están paralizadas en su mayor
parte, inauguraciones a las apuradas, circunvalaciones a las que se
puede subir pero no bajar y rutas que terminan en campos. "Es lo que
hay" deben pensar en la Casa Rosada.
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