Las encuestas son lapidarias con Macri
Fueron consultados doce expertos y ni uno ve la menor posibilidad de que Macri logre llegar al ballotage.
La consigna de Macri, Lo damos vuelta, es imposible. Ni un solo consultor de los doce que hablaron ve chances de que se produzca un vuelco o que sea necesario un ballotage.
La opinión unánime es que la gira únicamente logra agrupar el minúsculo voto
propio, en especial con el beso al pañuelo celeste y las apelaciones
sobre el narcotráfico (que paradójicamente, se profundizó con Macri) o las leyes penales, de las cuales poco puede hablar, dada la enorme corrupción y el contubernio del Ejecutivo con la "Justicia" para tapar las felonías de Macri. Por lo tanto, la diferencia
tiende a ampliarse, no a reducirse, con el trasfondo de la catástrofe
económica.
Estos son los diagnósticos.
Hugo Haime, de Haime y Asociados, es categórico.
"Macri no tiene ninguna posibilidad de revertir el resultado.
Lo único que está en discusión es el nivel de la diferencia. Los últimos
estudios conocidos marcan que la misma se amplió en lugar de achicarse.
No obstante siempre hay que estar atentos. Recordamos lo sucedido en
2015. Una parte importante de quienes no habían votado en las PASO
votaron por Macri. Pero esa fue una elección en donde en primera vuelta
hubo solo tres puntos de diferencia. Aquí estamos hablando de 16. En mi
opinión se trata de saber por cuánto va a ganar Alberto y cuál será el
destino de Macri".
Eduardo Fidanza, de Poliarquía, coincide en que "las posibilidades de que Macri sea reelegido son muy bajas. Primero, no se observa ninguna mejora de los indicadores que inciden en el voto: un tercio apoya a Macri y dos tercios lo reprueban.
Segundo, el análisis post-PASO muestra que la fidelidad de voto es muy
alta en las dos principales fuerzas, lo que significa que no habrá
cambios significativos. Tampoco hay fuga de votos de terceras fuerzas
hacia Macri y los que no concurrieron a votar en las primarias votarán
parecido a los que concurrieron. Esto lleva a la conclusión de que
la gira puede tener un efecto de fidelización de la base electoral y tal
vez permitan sumar algunos votos, pero no pueden cambiar el previsible
resultado que llevaría a Fernández a la presidencia en primera vuelta".
Para Roberto Bacman, del CEOP,
"las posibilidades de que se dé vuelta la elección son muy pocas. Y
agregaría que nuestras encuestas no detectan un efecto electoral
considerable en la gira presidencial. Todo parece indicar que su objetivo está más direccionado a sostener a su propio núcleo duro
tras el golpe de las urnas de agosto y ante el potencial drenaje de
votantes periféricos enojados. Esto también explica el viraje a la
derecha y el regreso a las promesas".
Federico Aurelio, de Aresco, ve que "las diferencias electorales de las PASO dejan casi sellado el camino, sin necesidad de ballotage. La actuación del Gobierno y la acentuación de la crisis económica no dan margen a la mejora del humor social
que requeriría Cambiemos. La modalidad de la campaña de Macri, con las
plazas y los ejes discursivos de sus protagonistas no atraen al no
elector de Cambiemos. Es una campaña más orientada a generar militancia y
pertenencia al electorado propio que a quien no los votó".
Raúl Timerman, de Grupo de Opinión, sostiene: "El ballotage es imposible, sobre todo porque no hay chances de que Frente deTodos no saque el 45 por ciento.
El presidente aparece de campaña, haciendo el papel de candidato y
Alberto Fernández reuniéndose con gremios y empresarios. Tomando
decisiones de gobierno. Son roles invertidos. Alberto, ya cerca de ser
presidente, hace menos promesas y trabaja más sobre planes, ideas,
conceptos. Macri, cada vez mas lejos del gobierno, con promesas
arriesgadas, difíciles de cumplir, que no tienen credibilidad. Es una gira de despedida, difícil que sume más votantes. Creo que la movilización de la 9 de julio que prepara Macri trata de emular la plaza con la que se fué CFK en 2015".
Analía Del Franco, de DFC,
sostiene que "el oficialismo parece movilizarse para mantener y
responder a su electorado. Su discurso derechizado formaría parte de lo
mismo y además funcionaría para llegar a un electorado sensible al
mismo, el de Gomez Centurión y el de José Luis Espert. Pero el resultado
de este intento no va a ser exitoso, dado que ha perdido lo fundamental en el electorado que es la confianza y la credibilidad".
Artemio López, de Equis,
arranca de forma lapidaria. "Game over, Mauricio. La elección de
octubre no tiene ninguna posibilidad de modificar el orden de
preferencias de las PASO. La fórmula FF será mayoría superando el cincuenta por ciento.
Los actos del presidente y la torsión a la derecha del mensaje del
oficialismo, son jugadas electorales legítimas que no tienen influencia
sino en el margen. La demanda del electorado volátil, muchas caídos del
oficialismo, es por la capacidad de gestión socio económica, no por la
ideología".
Gustavo Córdoba, de Córdoba y Asociados,
diagnostica que "el giro a posiciones hacia la derecha, tiene sentido a
partir del convencimiento de que no se puede revertir el resultado
electoral y trata de darle un contorno ideológico a su propio núcleo
electoral. En contextos electorales mas competitivos, Cambiemos siempre
busco el centro ideológico para expandir la cosecha electoral. La gira es un descubrimiento de formas tradicionales de hacer política y suena como algo muy naif y tardío".
Para Ricardo Rouvier, "no hay probabilidad de revertir los resultados de las PASO. Es más, la ventaja del FdeT se ha ampliado superando con amplitud el 45 por ciento.
El cambio de estrategia del oficialismo se debe a la toma de conciencia
de la situación de derrota ante la opinión pública y los factores de
poder . El estilo más agresivo de contacto directo y ganar la calle
busca ratificar el voto propio y ganar voto débil de terceros candidatos
Espert, Gomez Centurion. Sin embargo, no logra arrepentir a los
votantes del seguro ganador".
Alfredo Serrano, de la Celag, opina que "Macri tiene un
problema irreversible: la escasa credibilidad (72 por ciento), que en
parte es explicada por su alta ineficacia. Despierta muchos sentimientos
negativos (rechazo y decepción). Y además, más allá de lo electoral, Macri
tiene un problema político de fondo: le resulta imposible sintonizar
con los sentidos comunes progresistas que hay hoy en la sociedad
argentina. Es por ello que su gira solo tiene un efecto al interior
de su núcleo duro pensando seguramente en lo que viene más adelante".
Enrique Zuleta Puceiro, de OPSM, analiza que "si por dar vuelta la elección
se entiende forzar el ballotage, la respuesta es negativa. La
polarización ha llegado a los mayores extremos en la historia
democrática argentina. A estas alturas, ambas fuerzas concentran un 84 por ciento de los votos y las diferencias alcanzan a más de 20 puntos.
Bajo estas condiciones el Frente de Todos superara el 45 por ciento y en cualquier
caso duplicará la diferencia de 10 por ciento que fija la Constitución.
Ahora bien, el FdeT parece más preocupado por consolidar la unidad del
peronismo que por expresar a todo el espectro del voto opositor y tal
vez los estrategas de Macri quieren avanzar en ese terreno.
La gira busca reconquistar a porciones menores del electorado perdido
y hacerlo con una base ideológica. Este empeño no parece reflejarse en
votos. Sin embargo, en una etapa en la que el sueño de la reelección ha
quedado atrás, puede operar como una ficción ordenadora".
Shila Vilker, de Trespuntozero,
afirma que "hay malas noticias para el oficialismo. La tendencia de las
Paso parece tener una naturaleza irreversible. Después de las primarias
anunció una serie de medidas a tontas y a locas, orientadas a
llevar alivio a los sectores más vulnerables. Esta batería de anuncios
pseudopopulistas, plagada de marchas y contramarchas no rindió frutos.
Este inexplicable giro estaba orientado a capturar el electorado natural
de su adversario. Los giros imprevistos en las carreteras suelen ser riesgosos.
El último viraje –beso al pañuelo celeste, control poblacional,
ampliación del Servicio Cívico- es un intento por capturar a los más
conservadores y evitar la diáspora de sus adherentes. También es una
zona donde el gobierno se siente más cómodo. Igual, la elección ya está
jugada en la cabeza de los votantes".
Facundo Nejamkis de Opina Argentina sostiene que "las
elecciones presidenciales se definieron el 11 de agosto. Claro que es
posible que la distancia se amplíe a favor de la formula del Frente de Todos o
también, aunque menos probable, que se acorte la brecha. Sin embargo no existe tiempo ni condiciones como para que ese resultado cambie en forma drástica. La gira del Sí se puede
le permite al oficialismo encarar el último tramo de la campaña
electoral con un ánimo optimista de la mano de un discurso que en el
lenguaje futbolero se conoce como morir con la nuestra. Al mismo tiempo solidifica el núcleo de su alianza, funciona como una compresa que contiene la hemorragia de votantes".
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