A las apuradas y con desesperación, a once días de dejar la Casa Rosada, Macri emitió este viernes un Decreto de Necesidad y Urgencia para que los arrepentidos no queden bajo la órbita directa del gobierno de Alberto Fernández.
O
sea que Macri armó un ejército de arrepentidos, los usó contra los ex
funcionarios del kirchnerismo, los tuvo bajo su control e influencia
durante 1449 días y quedándole apenas once jornadas en el poder, decidió
que está mal que dependan del Ejecutivo, por lo cual creo una Agencia
Nacional de Protección de Testigos e Imputados, un ente autárquico, con
un consejo consultivo que presidirá el titular de la Cámara de Casación.
Aun así, Macri tuvo que cambiar el proyecto original y terminó haciendo un mix en el cual el Ejecutivo tiene potestad,
pero no tan directa como hasta ahora. Un ejemplo notorio fue que el
ministro de Justicia, Germán Garavano, hasta se reunió con un
arrepentido, Leonardo Fariña
, e incidió en su declaración.
La urgencia de la Casa Rosada tiene que ver con que el macrismo no
quiere que los arrepentidos que creó queden bajo control exclusivo y
directo de las nuevas autoridades. El peligro evidente que ven es que
se devele la forma en que armaron las declaraciones de esos
arrepentidos, direccionándolas políticamente y sirviendo de base para
meter en la cárcel a decenas de personas.
Las maniobras fueron
denunciadas en forma reiterada: apretaron a los imputados, los
presionaron a declarar contra los ex funcionarios y ni siquiera se
preocuparon por verificar lo que decían los arrepentidos ni acumular
pruebas que ratificaran los testimonios. A cambio de las declaraciones les dieron vivienda, dinero y, sobre todo, libertad.
El Programa de Protección de Testigos (PPT) maneja a más de 200
imputados o testigos que declararon contra otras personas (casos de
narcotráfico, derechos humanos, crimen organizado) y, supuestamente,
corren algún riesgo por esas declaraciones. De todas maneras, Macri produce la apurada maniobra preocupado sólo por
unos pocos: el chofer Oscar Centeno, clave en la causa de las fotocopias
de los cuadernos; el ex secretario José López, que pretendió mezclar a
Cristina Fernández de Kirchner con los nueve millones de dólares que se
le encontraron cuando los tiraba en el convento; el contador Víctor
Manzanares, también declarante contra CFK; el ex ejecutivo Alejandro
Vandenbroele, testigo contra Amado Boudou, y su ex esposa, Laura Muñoz,
que también fue decisiva contra el ex vicepresidente, aunque quedó claro
que mintió.
El que se quiso curar en salud fue el arrepentido estrella, Fariña, que la semana pasada se corrió del PPT,
después de haber declarado en todas las causas en que se necesitaba un
arrepentido y de haber vivido del estado durante tres años.
Para
que estos arrepentidos no queden en manos de la administración
Fernández, para que no cuenten la verdad de cómo se armaron las
declaraciones, el gobierno saliente esquivó al Congreso y armó la
nueva estructura con un decreto de necesidad y urgencia, pese a que está
claro que no hay ni necesidad ni urgencia.
En el DNU conocido ayer, la Casa Rosada tuvo que amortiguar sus intenciones. La
idea original era pasar el PPT al Poder Judicial, lejos de
Fernández--Fernández. Pero hubo un fuerte rechazo en Comodoro Py y
también en la Corte Suprema, que no quería hacerse cargo de una bomba de
tiempo.
El decreto conocido ayer, en cambio, cumple con el objetivo de
sacarlo de la órbita directa y cotidiana del Ejecutivo, pero crea un
ente autárquico, con un Director, que debe ser propuesto al ministro de
Justicia. O sea que el Ejecutivo sigue teniendo la última palabra en
la persona del titular de Justicia, aunque el nombre debe surgir de un
Consejo Consultivo que estará presidido por el presidente de la Cámara
de Casación, y lo integrarán el Procurador o alguien designado por él, y el secretario de Seguridad de la Nación.
Es evidente que se diluyó hasta cierto punto el objetivo inicial
de Macri de no dejarle el control a Fernández--Fernández,
pero también es cierto que a once días de irse, el gobierno consideró
importantísimo hacer la modificación. Parece evidente que, como sea, tratan de esquivar que salgan a la luz las oscuras maniobras que se hicieron con los arrepentidos.
0 Comentarios