Salvo el peronismo y la UCR, todas las fuerzas políticas mostraron su desprecio al sistema democrático. 


El partido centenario y el justicialismo junto a las otras fuerzas que componen el Frente de Todos rechazaron el golpe de Estado en Bolivia. El PRO, la Coalición Cívica, los partidos que forman el FIT, el Frente Despertar, el Frente Nos y Consenso Federal que compitieron en elecciones libres el último 27 de octubre acompañaron el quiebre del orden institucional.

El presidente electo Alberto Fernández fue el único de los contendientes del último 27 de octubre que salió a repudiar con contundencia el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales. Ni Macri, Roberto Lavagna, José Luis Espert, Nicolás Del Caño y Juan José Gómez Centurion se expresaron en contra, es más muchos lo hicieron en favor del quiebre institucional y democrático.

Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y todo el Frente de Todos ya se han expresado en solidaridad con el pueblo boliviano y el gobierno de Evo Morales. Además el diputado nacional Agustín Rossi confirmó que este miércoels habrá sesión especial "exigiendo el resguardo físico para Evo, Alvaro y otros dirigentes del MÁS y la plena vigencia del orden constitucional".

Por su parte la Unión Cívica Radical condenó los hechos y realizó una clara convocatoria. "Cuidar la democracia en el continente implica un esfuerzo por calificarla. No a las trampas! No a las injerencias externas! No al Golpe de Estado! Si al pluralismo, la democracia y la convivencia pacífica", manifestaron desde el partido centenario.

Quien dejó mucho que desear ya que no consideró golpe de Estado a la maniobra que quebró el poder fue Roberto Lavagna. "Él obtuvo logros para los bolivianos pero no interpretó la decisión de las urnas sobre su derecho a otra reelección ni los reclamos de transparencia en el resultado electoral. Aún así, la intervención militar es deplorable", tuiteó quien fuera candidato de Consenso Federal.

Los dos que apoyaron el golpe de Estado como una posición determinada fueron José Luis Espert que trató de "ladri" a Evo y acusó de haber bajado a Mesa cuando fue presidente tras la renuncia de Sánchez Losada. Juan José Gómez Centurión del frente NOS estuvo firme a su postura antisistema y antidemocrática y pidió prisión para Evo Morales. 

Los peores sin lugar a dudas fueron los del Partido Obrero que como en otros golpes de Estado primero pusieron por delante su antiperonismo. Gabriel Solano, el preferido de los macristas en el debate de la Ciudad, el mismo que forma parte del séquito que le mendiga y reprocha votos al peronismo cuando tienen que meter un diputado, trató de entreguista a Evo y a Juan Domingo Perón. 

Pero lo de Solano no fue solo un tuit de un dirigente irresponsable sino una tendencia dentro de ese armado que es el Frente de Izquierda. Los otros dirigentes sin capacidad de repudiar un golpe de Estado para quedarse con el conformismo sectarista que los caracterizó siempre y los seguirá marcando fueron Néstor Pitrola, Jorge Altamira y Manuela Castiñeira, quienes responden a intereses foráneos, disimulando a través de una posición pseudo popular.


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