El presidente Alberto Fernández estableció lo que se denominó
"aislamiento social preventivo obligatorio", una cuarentena general,
desde la 0 hora del viernes 20 hasta las 24 del martes 31 de marzo. La
decisión, que calificó de "excepcional en un momento excepcional", fue
anunciada luego de un encuentro con todos los gobernadores en la quinta
de Olivos.
Explicó que era al efecto de reducir todo lo posible la curva
de contagios por la epidemia de coronavirus de manera que los nuevos
casos puedan ser tratados adecuadamente por el sistema de salud.
Argumentó que debió llegar a esta drástica decisión debido a que las 30
medidas tomadas hasta el momento no alcanzaron a convencer a toda la
población de la conveniencia de quedarse en sus casas para evitar la
propagación del virus.
Habrá actividades exceptuadas para garantizar el
abastecimiento de rubros esenciales como alimentos, medicamentos y
combustibles. "El primer deber de un gobernante es garantizar cuidar la
salud y la integridad física de los habitantes. Si nos quedamos en casa,
nos preservamos todos", definió. El texto del DNU publicado en el
Boletín Oficial le otorga la posibilidad de prorrogar la cuarentena "el
tiempo que se considere necesario en atención a la situación
epidemiológica".
La medida establece que las personas deberán permanecer en su casa o
en la casa en la que se encontraban a las 0 de este viernes. A partir de
ahí prohíbe la libre circulación por rutas y espacios públicos,
estableciendo excepciones de desplazamiento mínimos para adquirir
productos indispensables en comercios de proximidad, supermercados,
farmacias, veterinarias y ferreterías. Hay una lista de actividades
exceptuadas porque se consideraron necesarias en la urgencia, como los
casos de personas que se desempeñan en las áreas de Salud, Seguridad,
Defensa, Migraciones y Bomberos.
También las autoridades políticas de
los gobiernos nacional, provinciales y municipales, el servicio
diplomático y un mínimo de funcionarios del Poder Judicial. Seguirán
operando comedores escolares y comunitarios, lo mismo que los medios de
comunicación, el transporte público, las estaciones de servicio, la
recolección de residuos, personas que trabajan en la asistencia de otras
y quienes se desempeñen en la industria en rubros esenciales. Los
cajeros automáticos también permanecerán activos.
Fernández advirtió que las fuerzas de seguridad garantizarán el
cumplimiento de la norma y será inflexible con quienes no la cumplan.
Ayer se registraron 31 nuevos casos y ya son 128 los contagiados por el
Covid-19 en todo el país. Nuevamente, la mayoría correspondieron a la
provincia y a la ciudad de Buenos Aires. Pese al aumento de casos, una
de las noticias del día fue la cantidad de vehículos que hicieron fila
desde primera hora para ingresar a lugares de veraneo como Pinamar o
Villa Gesell, ignorando las recomendaciones oficiales de restringir todo
lo posible los movimientos y de no tomarse la cuarentena como un
período de vacaciones.
Para que se sienta un poco menos el parate, el
Gobierno moverá feriados. A los ya establecidos para el lunes 23 y el
martes 24, se les sumará el del jueves 2 de abril que pasará al martes
31 de marzo, mientras que el lunes 30 será un feriado puente. En
definitiva, de los ocho días inicialmente hábiles abarcados por la
cuarentena, la mitad serán feriados.
La cuarentena general, recomendada por los especialistas en salud,
había quedado casi resuelta luego del encuentro con los jefes de los
bloques legislativos del miércoles. Casi todos los opositores se
expresaron a favor de endurecer las medidas de prevención.
Pero quedaba
pendiente una conversación con los gobernadores, porque para que el
operativo sea efectivo será indispensable la coordinación de las fuerzas
nacionales con las provinciales. Otro de los objetivos de la decisión
que se adoptó tiene que ver con la necesidad de unificar criterios en
todo el país. Se habían registrados casos de intendentes que habían
cerrado sus municipios, gobernadores que habían adoptado una decisión
similar en las provincias y otros que no. En definitiva, urgía
establecer un criterio común, que ahora se extenderá por igual a todo el
territorio nacional.
Los gobernadores llegaron por la tarde a la quinta de Olivos, donde
los recibió Fernández con casi todo su gabinete. Los ministros
expusieron acerca de las medidas que fueron tomando en los últimos días.
En ese sentido, el ministro de Economía, Martín Guzmán, fue consultado
por el paquete de 700 mil millones de pesos lanzado para contrarrestar
la parálisis de la cuarentena.
Fernández insistió luego que habrá
también una ayuda para monotributistas y trabajadores eventuales.
Hablaron casi todos los gobernadores. Hubo tres que participaron por
videoconferencia --el de Catamarca, Raúl Jalil; el de Mendoza, Rodolfo
Suárez; y el de Tierra del Fuego, Gustavo Melella--, mientras que Axel
Kicillof no estuvo porque realizó sus propias reuniones con intendentes
bonaerenses: llegó a la quinta directamente en helicóptero desde La
Plata para el anuncio. Una de las grandes preocupaciones es lo que pueda
suceder con el virus en el Conurbano.
Una inquietud que expresaron los gobernadores fue su imposibilidad de
pagar los sueldos provinciales con la merma que seguramente sufrirá la
recaudación. El Gobierno contó que tenía sus propios grandes problemas
en el rubro, pero que buscaría también atender esa urgencia. El ministro
de Salud, Ginés González García, planteó cuatro escenarios de posible
desarrollo de la pandemia en el país que dejó a todos muy preocupados.
Incluso en el caso del escenario más leve, como el denominado
"intermedio temprano", plantea una duplicación de casos cada tres días
hasta el 31 de marzo y a partir de ahí se conseguiría un aplanamiento de
la curva gracias a la cuarentena estricta, copiando lo sucedido en
China. Al oír este pronóstico, los gobernadores se mostraron obviamente
más convecidos que antes de la necesidad de adoptar todas las medidas
que hicieran falta, cuanto antes.
Fernández se presentó en la sala de conferencias de Olivos junto a
dos representantes de la oposición --el jefe de gobierno porteño,
Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales-- y
dos del oficialismo --el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el
santafesino, Omar Perotti--. "Seguimos teniendo el problema de gente que
no entiende que no puede circular por las calles", remarcó el
Presidente, que presentó el decreto como una medida excepcional en el
marco de lo que la democracia permite.
Respecto de eso, el ministro de
Defensa, Agustín Rossi, explicó que las Fuerzas Armadas sólo actuarán en
las tareas de colaboración que les pida el Gobierno pero no en
seguridad, dado que lo tienen prohibido por ley. Fernández tomó como
"una bendición de Dios" que la enfermedad que se inició en China llegara
unos meses después al país, porque --dijo-- "nos dio tiempo para
prepararnos".
Hubo dos textos posteriores. Por un lado, una "carta abierta" del
Presidente a los argentinos, donde desarrolló algunos argumentos.
Consideró que la Argentina estaba en riesgo y que esta pandemia "es el
problema de salud más grave que hemos tenido en toda nuestra vida
democrática". Luego se conoció el decreto de necesidad y urgencia que
entraba en vigencia al primer minuto del viernes, en el que calificó las
medidas de aislamiento y distanciamiento social obligatorio de "vital
importancia" para controlar la pandemia para la que todavía la medicina
no cuenta con una solución.
0 Comentarios