Por Mónica Papaianni
Jefa de Redacción
 
Después de las diminutas marchitas, podemos tener , y en un corralito, a todos los descendientes, los furibundos cultores de quienes a lo largo de la historia argentina, han socavado la soberanía, han vivido de la estafa, han participado de crímenes de lesa humanidad, y  se creyeron capaces de despreciar a otros argentinos.

Ahora tenemos la posibilidad de saber con quienes nos cruzamos en la vida diaria, quienes gozan de jubilaciones dadas por un gobierno popular, cobran el IFE, y demás asignaciones sin el menor escrúpulo y se dicen liberales, despreciando a los que verdaderamente lo necesitan.

Las aberraciones disparadas en ese pequeño conglomerado de odiadores seriales, no solo atentan contra el buen vivir, razonando, que proclaman tomar sustancias venenosas como el dióxido de cloro, para la cura de covid 19, emulando a una histriónica como Canosa, que por una gota de protagonismo, todos saben, que es capaz de matar a su propia madre. Pero el cholulismo se apodera facilmente de algunos cerebros, y ahí tenemos las consecuencias.

Cuando esta turba antidemocrática y anti todo habla de los derechos basados en sus obligaciones impositivas, con la muletilla "yo pago mis impuestos", descubrimos, por ejemplo que una mujer, algo que se hizo viral, sobre un hermoso BMW ok, insultaba a los periodistas, al gobierno, a todo el que se le cruzaba, pero cometió un grave error, esta señora debe 370 mil pesos de patente de su lindo auto, con lo cual ahora sabemos que la glamorosa rubia, estafa al fisco, y así se le cayó el pobre libreto que esgrimía, comose le cayó a tantos, los que posiblemente crucemos en el super, aprovechando los descuentos que otorga el gobierno, en la canasta básica familiar.

Este es un solo ejemplo, quizás el mas suave de lo que se vio en esa minúscula juntada callejera, convocada por quienes destruyeron la nación en tan solo cuatro años, ellos son: el fugado Macri, Bullrich, una mujer ebria y con un prontuario frondoso, Brandoni, octogenario ya senil, Lombardi, quien va a tener que dar sendas cuentas a la Justicia por su gestión y los trolls de siempre.

La gran pregunta es: estos nefastos personajes subsisten por costosas campañas en las que intervienen medios hegemónicos bien pagos, para posicionarlos o realmente convivimos con un sector del pueblo argentino muy enfermo que busca ser representado por personajes siniestros de esta naturaleza.


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