Un Macri ya acabado, repartió culpas a diestra y siniestra para evitar realizar una autocrítica sobre el fracaso de su Gobierno.

Muy lejos de la autocrítica por sus fracasados cuatro años de gobierno y decidido a repartir las culpas de semejante fracaso a diestra y siniestra, Macri profundizó la grieta cada vez más profunda que divide a Cambiemos. 

El grupo que encabezan Emilio Monzó y Rogelio Frigerio salieron este martes a responder las críticas de un Macri derrumbado que no cuidó ni hasta a los propios.

En una entrevista televisiva Macri lamentó haber "delegado" en ellos dos el diálogo con la oposición peronista durante su gobierno. "Después de esto, Monzó y Frigerio creen que la convivencia en Juntos por el Cambio será imposible", aseguró este martes el diputado nacional Sebastián De Luca, un dirigente cercano a ellos.

"También Rogelio y Emilio lograron convencer a Miguel Ángel Pichetto para que fuera el compañero de fórmula en la última elección. Como en 2014, con la UCR y Elisa Carrió, a pesar de las resistencias internas en el PRO para conformar Cambiemos", agregó De Luca, un dardo hacia el binomio que integraban Marcos Peña y el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, que en principio se oponían a "mezclarse" con lo que consideraban "la vieja política".

"La gestión y la estrategia política se definía en la jefatura de Gabinete, sus 'ojos y oídos', como Macri definió. No éramos nosotros quienes tomábamos esas decisiones, sí participábamos desde nuestro rol lógico, al que le dedicamos nuestra vida completa", completó De Luca.

"Nunca apelamos a la grieta como especulación electoral, siempre buscamos el diálogo, consensos y buscar acuerdos. Así lo seguiremos haciendo porque fuimos y somos coherentes y responsables", disparó el legislador monzonista.

Frigerio hizo días atrás un nuevo llamado a la "autocrítica" opositora, y a la necesidad de "ampliar" el espacio, una política que comparten, entre otros, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau y María Eugenia Vidal.

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