¿Qué son las aulas híbridas? “Aulas que en su seno conjugan de manera funcional la posibilidad de virtualidad y presencialidad, tanto en una experiencia pedagógica que aúne las dos modalidades, como también para ser utilizadas de una u otra manera”, dice la respuesta oficial.

“Lo que viene en esta salida de la pandemia y luego en la pospandemia es una universidad distinta, en Argentina y en el mundo. Hay cosas que las vamos a poder hacer a distancia con todo lo que se avanzó en este tiempo. Vamos a ir a la universidad a hacer cosas mucho menos rutinarias. Vamos a ir a discutir, a producir, a que sea tiempo valioso. La presencialidad va a ganar en potencialidad”, señaló Perczyk.

Los casi 1.500 millones de pesos de inversión se destinarán a la adquisición de recursos y dispositivos tecnológicos, a la capacitación a los docentes y virtualización, a las adecuaciones edilicias necesarias al soporte técnico para que las aulas híbridas funcionen.

“Queremos seguir fortaleciendo la respuesta del sistema universitario en un año donde el presupuesto educativo ha tenido el incremento interanual más importante de su historia. Se ha reforzado el proceso de consolidación de la inversión educativa en nuestro sistema universitario, que incluye la recuperación de los procesos de inversión en infraestructura”, remarcó el ministro de Educación Nicolás Trotta.

En cuanto a los tiempos, aún no hay una fecha concreta en el se empezará a implementar. El acuerdo y la transferencia de dinero sucederá “a la brevedad” y luego la puesta en marcha dependerá de cada universidad y de la situación sanitaria. “Aspiramos a que este año ya esté en marcha. En el segundo cuatrimestre vamos a volver progresivamente a las aulas”, advierten.

¿Cómo respondieron las universidades a la pandemia?

Lo que surge de las encuestas es que la gran mayoría de autoridades, personal y estudiantes está satisfecho con la respuesta a la pandemia que dio la universidad. Casi 7 de cada 10 docentes encuestados (67%) respondió que estaban “satisfechos” y “muy satisfechos”. En la misma sintonía, los estudiantes y trabajadores no docentes manifestaron similar o aún mayor conformidad (72% los primeros y 76% los segundos)

Los estudiantes que viven en los contextos más desfavorables, los que tienen hijos, los que presentan menores niveles de ingresos, muestran más dificultades en la continuidad virtual”, planteó Germán Lodola, coordinador del programa de Becas.

El 99,5% de los docentes debió transformar el dictado de sus materias a la modalidad virtual y el 87% señaló que pudo cumplir con los objetivos propuestos. 6 de cada 10 profesores dijo haber logrado cubrir entre el 80% y el 100% de los contenidos de su materia, mientras que un 23,8% declaró haber cubierto entre el 60% y el 80% de lo planificado antes de la pandemia. Los profesores se pudieron sobreponer a las dificultades tecnológicas ya que 4 de cada 10 manifestó que no tiene una computadora de uso exclusivo en su casa. Entre los estudiantes, la consideración de cuántos contenidos se lograron cubrir fue dispar.

El 80.6% de los rectores afirmó que la cantidad de estudiantes que pudo terminar la cursada fue elevada. De hecho, más de la mitad indicó que la permanencia fue casi total (entre un 80% y 100%). En cuanto a los docentes, el 37.8% de los encuestados afirmó lo mismo, mientras que un 31,4% respondió que entre un 20 y 40 por ciento de sus alumnos no pudo llegar hasta el final de la cursada.

 

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