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La posición del Supremo Consejo masón llegó después de una declaración de la Gran Logia de Cuba que señaló como “preocupante el uso excesivo de la fuerza por parte de los encargados del orden”. “Hoy vemos con tristeza que algo que se veía venir por el descontento y las carencias entre la población se haya materializado en manifestaciones en todo el país”, expuso la Gran Logia y definió como “inaceptable el llamado para una confrontación entre cubanos”.
También manifestaron estar “al lado del pueblo cubano” y abogaron “por la paz, la concordia y la justicia social”. “Exhortamos a que la tolerancia, la búsqueda de la verdad y el amor fraternal sean las divisas que primen en cualquiera de las circunstancias”.
Según detalla el medio cubano 14yMedio de la bloguera disidente Yoani Sánchez, los masones han tenido una gran presencia en la historia cubana, especialmente en las luchas por la independencia. La mayoría de los próceres de aquella gesta lo eran, como Máximo Gómez y Antonio Maceo. Incluso la condición de masón de José Martí, que estuvo en duda durante décadas, fue finalmente confirmada.
Pero con el paso de los años y la llegada del régimen castrista, el protagonismo político de los masones disminuyó notablemente. En la actualidad se calcula que hay un poco más de 27.000 masones repartidos en 320 logias en toda la Isla.
Hasta ahora, las organizaciones defensoras de los derechos humanos y los movimientos disidentes han logrado documentar 382 detenciones desde el domingo pasado y 28 desaparecidos. Los arrestos se produjeron por fuerzas del régimen, en su mayoría agentes de civil, que comenzaron sus redadas luego de que Miguel Díaz Canel llamara a los “revolucionarios comunistas” a salir a combatir a los que protestaban, en un acto que lo puso en el foco mundial.
En paralelo a las detenciones, el gobierno bloqueó los datos móviles: sin acceso a redes sociales, los manifestantes no podían ni informarse de más movilizaciones ni difundir en el resto del globo lo que allí sucedía.
Como con los masones, Díaz- Canel fue también por la prensa: intentó silenciar a los corresponsales, sus fuerzas de choque golpearon a un fotógrafo de la agencia AP e incluso se llevaron detenida a una influencer en vivo, mientras daba una entrevista para la TV española.
Pero, a pesar de las duras tácticas de represión, y a diferencia de
marchas anteriores -como las de las Damas de Blanco (un colectivo de
madres y esposas de presos políticos) y el Movimiento de San Isidro
(artistas que reclaman libertad de expresión)-, estas manifestaciones se
extendieron más allá de sus pequeños enclaves. Los cubanos perdieron el miedo.
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