Alberto Fernández tiene decidido convocar a la oposición, empresarios y sindicatos para llegar a un acuerdo después de las elecciones

El Presidente busca convocar a los principales referentes de Juntos por el Cambio y los sectores más relevantes de la economía.

También prepara un paquete de leyes, que evalúa enviar al Congreso la semana que viene, pero no lo haría antes de acordar con la oposición. Busca así tomar la iniciativa del comienzo de un diálogo apenas después de los comicios para empezar a abarcar los temas que necesitan consenso. El objetivo con esta maniobra es que la discusión se limite al Parlamanto y saltar así la confrontación entre partidos políticos.

Esta tarde, el Presidente estuvo reunido con parte de su equipo para trabajar en los detalles de las medidas. A pesar de los discursos rimbombantes en contra de los principales referentes opositores, con Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y los candidatos Diego Santilli y María Eugenia Vidal, el Gobierno viene adelantando la intención de promover acuerdos con Juntos por el Cambio, que se impuso en las elecciones primarias por amplio margen en la mayor parte de los distritos, incluida la provincia de Buenos Aires.  

El encargado de los diálogos durante los últimos meses fue Sergio Massa por su rol en la Cámara de Diputados. Pero también desde La Cámpora Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro vienen discutiendo la posibilidad de impulsar un acuerdo post-electoral. De hecho, el ministro del Interior fue uno de los organizadores de uno de los encuentros más llamativos con algunos de los empresarios más importantes del país, hace un mes y medio. Los apura la necesidad de llegar a un pacto con el FMI por la deuda.

Alberto Fernández planea convocar a la oposición, pero también a los sindicatos y a los empresarios después de las elecciones legislativas del 14 de noviembre. En las últimas semanas dio algunos indicios en este sentido, con sendas reuniones sectoriales que tuvieron lugar en la Casa Rosada.

La más reciente fue con la CGT y los movimientos sociales, que puede interpretarse como el primer paso hacia esta convocatoria. Ese cónclave entre los representantes del Gobierno y los gremios fue en muy buenos términos, a tal punto que, junto con las organizaciones sociales, la central obrera le manifestaron al Presidente sus ganas de movilizarse el 17 de noviembre por el Día de la Militancia.

Tres días después, la CGT tuvo elecciones internas en las que se conformó el nuevo triunvirato que conducirá las riendas del gremialismo, que le lanzó un guiño a Fernández: “Tiene que haber un gobierno de una sola voz, la del Presidente”, dijo Gerardo Martínez, de la UOCRA.

El primero en proponer un acuerdo de este estilo fue Sergio Massa, quien sostuvo que todos los espacios políticos deben encontrar consenso en 10 puntos básicos: “Terminada la elección vamos a convocar desde el gobierno a un acuerdo con la oposición, con los empresarios y con los trabajadores articulando el Congreso y el Consejo Económico y Social. Lo hablé con el Presidente, no es que se me ocurre a mí. Y el Presidente tiene la decisión de hacerlo. Lo hablé con la Vicepresidenta. Germinó a partir de una idea que, en su momento, Máximo planteó por el tema de la deuda. Máximo dijo que había que juntar a los dirigentes más jóvenes para fijar una posición común de cara al tema deuda frente al Fondo. Y vamos a ir a un acuerdo, vamos a convocar a un acuerdo sobre diez políticas”.

Asimismo, el presidente de la Cámara baja detalló que la idea del acuerdo es que esté orientado al endeudamiento para que en la Argentina solo tome deuda “para infraestructuras intergeneracionales, para políticas sociales intergeneracionales, para políticas educativas y de investigación científica y tecnológica intergeneracionales”.

También puso el foco en leyes “de crecimiento y desarrollo económico, agroindustria, hidrocarburos, minería, hidrógeno y litio” y en el “el desarrollo económico, la educación, y las cuestiones vinculadas a tres políticas de lucha contra la pobreza a 10 años”.

 

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