FMI: Alberto Fernández fue respaldado por Joseph Biden para evitar que Argentina caiga hoy en default.

En una fuerte señal política de apoyo al gobierno y apelando a una antigua decisión del board, la Casa Blanca ordenó al Fondo que permitiera la postergación de los pagos hasta fines de marzo.

La administración de Joseph Biden hizo una apuesta política con el gobierno de Alberto Fernández y jugó su poder en el board del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar que la Argentina cayera en default por la falta de pago de 2.800 millones de dólares que vencían entre hoy y mañana. Biden optó por respaldar al Presidente frente a Cristina Fernández de Kirchner.

El acuerdo firmado entre Argentina y el Fondo establece un primer desembolso de 9.800 millones de dólares. Esos plazos fueron subscriptos por Mauricio Macri cuando contrajo un crédito Stand-By por 45.000 millones de dólares en 2018.

Si el gobierno no estuviera fracturado, el acuerdo con el FMI se hubiera sancionado en el Congreso durante los primeros diez días de marzo. Pero La Cámpora, el Instituto Patria, CFK y Máximo Kirchner no apoyaron los términos de la negociación diseñado por Alberto Fernández.

Georgieva conoce la lógica burocrática de los directores que integran el board del Fondo, y en pocas palabras le anticipó a Guzmán que era imposible una reunión el 18 de marzo para avalar el caso argentino.

Es decir: sin board no hay desembolso, y sin desembolso, Argentina entraba en default por falta de pago. Y a partir de ese momento se buscó una solución contrarreloj que debía tener un argumento jurídica y un aval directo de la Casa Blanca. Estados Unidos controla el board del FMI, y sin su apoyo nada existe en esa Torre de Marfil.

Si Sullivan se involucraba en el caso argentino, había una chance de esquivar al default con sus consecuencias distópicas.

No fue un acto piadoso: La Casa Blanca desconfía de Cristina y su agenda política, y apuesta a Alberto Fernández para mantener a La Cámpora y al Instituto Patria lo más lejos posible del primer piso de Balcarce 50.

Sullivan obtuvo la autorización política de Biden y después habló con Georgieva. El Presidente de los Estados Unidos no quería que Argentina cayera default y el board del Fondo tenía que hacer lo necesario para ayudar a la administración peronista. la directora gerente asumió el mensaje que llegó directo de la Casa Blanca e inmediatamente se puso a trabajar con su staff técnico.

El jueves pasado, Alberto Fernández estaba en Salta. Arguello lo llamó desde Washington y le comentó que la situación empezaba a encarrillarse.

Un día más tarde, viernes 18 de marzo, Guzmán habló largamente con Georgieva. Había encontrado un argumento jurídico para postergar los pagos sin caer en default, y necesitaba coordinar la comunicación para evitar sobresaltos en el escenario político y en la city financiera.

El ministro de Economía pidió a la directora gerente que un eventual comunicado del FMI debía explicar que Argentina no caía en default si no pagaba este lunes, que el board se reuniría para aprobar el acuerdo y que se podía pagar todo junto, los 2.800 millones de dólares antes de finalizar marzo.

Georgieva dijo que sí.

Guzmán cortó la comunicación con Washington, se subió al auto oficial y partió a Olivos. Alberto Fernández lo recibió a solas en su despacho y juntos analizaron los últimos acontecimientos vinculados al Fondo.

En DC, Arguello agradeció a Sullivan las gestiones ante Biden y Georgieva. Sin el apoyo de la Casa Blanca, Argentina hoy caía en default.

El Presidente ya aprendió que la política exterior tiene una norma tácita e inviolable: QUID PRO QUO. (algo a cambio de algo)



 

 

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