Comprender el estado mental de Vladimir Putin es ahora una prioridad para las agencias de inteligencia del mundo.

La comunidad de inteligencia mundial convirtió la evaluación del estado mental del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en una prioridad absoluta en los últimos días, ya que busca establecer cómo está afectando su manejo de la rápida escalada de la crisis de Ucrania, según dos fuentes familiarizadas con el proceso.

Estos esfuerzos se producen a medida que los observadores de Putin especulan públicamente que su comportamiento se ha vuelto cada vez más errático e irracional. Desde que lanzó la invasión rusa de Ucrania el pasado miércoles, altos funcionarios estadounidenses pidieron a las agencias de inteligencia que recopilaran toda la información nueva que pudieran sobre cómo se encuentra el líder ruso y cómo su mentalidad se ha visto afectada por la inesperada respuesta unificada y dura de los vecinos europeos y los aliados de todo el mundo.

La comunidad de inteligencia lleva décadas descifrando al antiguo oficial de la KGB, que ha gobernado Rusia de forma efectiva desde 1999.

Pero el repentino interés refleja la sensación entre algunos funcionarios de inteligencia de que la toma de decisiones de Putin en Ucrania ha estado fuera de lo normal, quizás debido a lo que algunos informes de inteligencia anteriores sugieren que ha sido un aislamiento prolongado durante la pandemia de covid-19.

Todo lo que se tiene es en el ámbito de las conjeturas porque las decisiones y declaraciones de Putin no parecen tener sentido", dijo una fuente familiarizada con los recientes informes de inteligencia sobre el tema. "Durante años, décadas, Putin ha actuado según un modelo bastante específico".

En realidad no se tiene una buena percepción del estado mental de Putin.

La fuente que está detrás del informe dijo que Putin "expresó su extrema ira" por las sanciones occidentales puestas en marcha en respuesta a su ataque a Ucrania, y "sintió que las sanciones habían escalado la situación más rápido de lo que esperaba y más allá de lo que consideraba apropiado". Se desconoce exactamente qué sanciones enfurecieron tanto a Putin.

Para algunos, la osadía de la decisión de Putin de invadir -así como su amenaza implícita de utilizar armas nucleares- supone una ruptura con las campañas militares cuidadosamente calculadas y mucho más limitadas que lanzó en el pasado. Las imágenes de video en las que se ve al presidente de Rusia sentado a decenas de metros de distancia de sus asesores militares de alto nivel durante las reuniones y en las que reprende alegremente a uno de sus jefes de espionaje en la televisión no hicieron más que subrayar la imagen de un líder aislado, que actúa solo por consejo propio.

El domingo se abrieron las compuertas. El exembajador en Rusia Michael McFaul tuiteó que Putin había "cambiado" y sonaba "completamente desconectado de la realidad" y "desquiciado".

En última instancia, dicen este funcionario y otros, entender el comportamiento reciente de Putin es una cuestión de análisis, no de inteligencia. Es posible que nunca tengan una respuesta.

 

 

 

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