En cambio, Vladimir Putin se relaciona con un estilo dictatorial, enfermizo, algo que siguen utilizando en comunicación política los populistas tanto de extrema derecha como de izquierda.

Cuando Angela Merkel dio un paso al costado hace pocas semanas, un vacío difícil de explicar se instaló en Europa y en el mundo. Quedaba Macron como representante máximo de la U.E. y salvando la enorme distancia con la ex Canciller alemana y con el presidente galo, el Dr. Zelenski, doctor en derecho, actor, director y político, está emergiendo como un nuevo líder formidable en estas oscuras horas que vive Ucrania.

Recordemos que antes de su carrera política creó una productora, “Kvartal 95″, que produce películas, dibujos animados y programas de comedia televisiva. “Kvartal 95″ creó una serie de televisión llamada Servidor del Pueblo en la que Zelenski desempeñaba el papel de presidente de Ucrania. La serie salió al aire desde 2015 hasta 2019 y el partido político que lleva el mismo nombre que el programa de televisión, fue creado de 2018 por empleados de la mencionada productora.

Zelenski anunció su candidatura para las elecciones presidenciales de 2019 la noche del 31 de diciembre de 2018, opacando el discurso de fin de año del presidente Petró Poroshenko en la víspera de Año Nuevo en el canal de televisión 1+1. Seis meses antes de que anunciara su candidatura ya era uno de los principales candidatos en las encuestas de opinión para las elecciones, recordando que las ganó con más del 70% de los votos.

Por otro lado Vladimir Putin formado como espía por la KGB, se relaciona con un estilo dictatorial, enfermizo, algo que siguen utilizando en comunicación política los populistas tanto de extrema derecha como de izquierda. Tiene un estilo tóxico, de sometimiento, similar a los alienados que creen pertenecer a una raza superior que en realidad, trasunta un enorme grado de inseguridad y quizás de posibles trastornos patológicos severos.

El presidente de Ucrania, sin embargo, es muy cercano con los suyos y se muestra como uno más. Esto lo hace por ejemplo al salir junto a su Ejército, mientras que Putin envía órdenes desde su despacho. También se puede apreciar ese compromiso y cercanía a través de sus fotos fuera del búnker, viéndosele en las calles de Kiev o abrazándose con su ministro de Defensa.

Zelenski establece una empatía sincera que genera esperanza, ilusión con el objetivo de mantener alto el estado de ánimo de los ucranianos que necesitan refugiarse en algo positivo para sobrellevar esta penosa agonía. Su discurso ante distintos Parlamentos es siempre duro y dramático pero equilibrándolo con una firmeza y convicciones que han sorprendido a todo el mundo.

Estamos convencidos que uno de los más graves errores estratégico de Putin fue planear una invasión masiva con una diferencia de ocho a uno respecto a las Fuerzas Armadas Ucranianas y creer que por esta abrumadora diferencia, sus tropas realizarían un desfile triunfal de 48 horas hasta la llegada al Palacio Presidencial en Kiev. La pregunta que las potencias occidentales se hacen es ¿cómo el nuevo “Zar” no aprendió de la historia de la humanidad, sin ir más lejos, de la guerra en Bosnia-Hercegovina de 1992 a 1995?

Respecto a este conflicto que llenó de luto a Europa a fines del siglo XX, los serbios con el respaldo total de Milosevic, utilizaron una de las macabras tácticas del Pacto de Varsovia que consiste en rodear las ciudades, bombardearlas inescrupulosamente día y noche, asesinando a la población civil con el objeto de quebrar la voluntad de lucha de los habitantes y lograr la rendición incondicional.

Increíblemente Moscú no tomó en cuenta que las guerras no son un juego de “suma cero”, donde las cantidades de efectivos relativos aseguran el triunfo. Imperdonable ignorancia del Alto Mando ruso: los conflictos armados tienen una dinámica que es propia del período histórico en que se desarrollan, condicionado por factores económicos, sociales y políticos, todos ellos en muchos casos impredecibles con lo óptica racional de la inmensa mayoría de una determinada nación.

Volviendo a Bosnia, recordemos que Sarajevo estuvo cuatro años prácticamente sin comida, ni agua, luz, gas ni teléfonos, con una población cautiva de más de 300.000 personas que nunca se doblegaron, sufriendo las carencias más grandes que se puedan imaginar pero jamás estuvo en su pensamiento levantar la “bandera blanca”. En los momentos más dramáticos del asedio, cuando la ciudad recibía más de cinco mil bombas de morteros, tanques y artillería serbia por día, los desahuciados habitantes nos imploraban hasta las lágrimas que le diéramos armas para combatir al enemigo porque nunca se rendirían.

Nos estamos refiriendo no solo a militares bosnios sino a los ciudadanos de la martirizada capital cuyo ejemplo de coraje, valentía y lucha por la libertad tiene algún lejano antecedente con la extraordinaria figura de Sir Winston Churchill que desafiando a sus partidarios y opositores evitó con su liderazgo que hoy todo el mundo hablara obligatoriamente alemán, al derrotar sin concesiones al nazismo, perverso régimen que junto al marxismo han sido y son los dos grandes enemigos del Liberalismo.

La invasión a Ucrania no es solo un ataque a esa República sino a todas las Democracias del planeta y hoy este país levanta la antorcha del más sublime fuego por la Libertad, siendo nuestro más ferviente deseo acompañar al desangrado pueblo para que sigan manteniendo esos valores de lucha que representan también nuestros más excelsos principios, que compartimos universalmente.

Ha nacido un nuevo líder europeo, en el lugar impensado hace solo tres meses atrás. Su ejemplo es un hito fundamental para todos y teniendo en cuenta la extremadamente compleja situación que enfrentan tanto los Estados Unidos como la Unión Europea, insistimos que occidente redoble la ayuda militar y siga apoyando sin concesiones a Kiev para lograr la retirada de las fuerzas invasoras y Ucrania pueda ejercer nuevamente la plena soberanía sobre su territorio.

Finalmente, si la disuasión deja de ser efectiva y las fronteras de algún país de la OTAN son vulneradas, esperemos se actúe racionalmente y con firmeza de acuerdo a la evaluación de las circunstancias. Ojalá nunca jamás se llegue a esta situación límite pero los planes de contingencia ameritan estar siempre preparados porque en esta permanente lucha entre la Libertad y los totalitarismos, solo puede existir un solo vencedor. Que así sea.

 

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