La vida con inflación de casi 7% mensual: cómo se deterioran los ingresos, el ahorro y el consumo.
Para los trabajadores informales o que no tienen alternativas de inversión, los ingresos que recibieron el primer día de mes pasaron a valer 6% menos al gastar sus últimos pesos al final de ese período.
Los argentinos están acostumbrados —o mal acostumbrados— a convivir con altos índices de inflación mensual, que impactan en sus ingresos, su capacidad de ahorro y sus decisiones de consumo. Para los sectores más vulnerables, más inflación significa siempre más pobreza. Y para las empresas, más especulación en lugar de decisiones de invertir o producir más.
En marzo, la inflación mensual alcanzó un pico de 6,7%, la más alta en dos décadas ¿Qué significa vivir con un índice de inflación de casi 7% mensual?
“La inflación impacta en la capacidad de ahorro de la población porque dispone de un menor ingreso disponible, aunque también porque afecta al valor del stock de esos ahorros licuándolos con fuerza. Si bien durante los últimos meses la tasa de interés de referencia para los plazos fijos aumentó, y lo seguirá haciendo, continúa muy rezagada en relación a la inflación. La tasa actual es del 43,5%, inferior a las tasas corrientes de incremento de precios”, detalló el economista Pablo Besmedrisnik, director de VDC Consultora.
Un ejemplo: si alguien depositó $10.000 en abril en un plazo fijo tradicional tendría hoy en su cuenta $18.400, nominalmente un 84% más. Sin embargo, si esos $10.000 se hubiesen ajustado por inflación el resultante sería hoy de $22.500 pesos (125%). Las tasas de interés pasivas negativas implicaron una reducción de más del 18% en el valor real de los activos. “La inflación derritió el poder adquisitivo de los ahorros”, detalló Besmedrisnik.
Alternativas de inversión para pocos
Si bien existen alternativas de inversión en plazos fijos ajustados por inflación, se deben inmovilizar fondos por tiempos más largos, lo que es difícil para familias con ingresos ajustados en tiempos de incertidumbre y con la posibilidad de una devaluación del peso, siempre latente.
“Los sectores sociales más postergados en general tienen acceso más limitado a mecanismos de inversión que le permitan sostener el valor del dinero en el largo, pero también en el cortísimo plazo, y altas tasas de inflación impactan directamente en su poder adquisitivo. Los agentes económicos más sofisticados tienen las herramientas para hacer rendir su dinero incluso por horas en instrumentos de money market y contrarrestar medianamente bien el impacto inflacionario”, señaló el economista.
Aumento de la pobreza
En el otro extremo, están los trabajadores informales que no tienen alternativas de inversión. “Los pesos que cobraron el primer día de mes valdrán 5% o 6% cuando gasten sus últimos pesos el día 30. Ni hablar si es afortunado y le sobran fondos, para aplicar en gastos de meses posteriores. Y este sector es más que importante: los trabajadores no declarados representan la tercera parte del mercado laboral”, dijo Besmedrisnik.
La inflación alta daña especialmente a los sectores sociales más bajos, especialmente por la disparada en los precios de los alimentos.”Más inflación siempre es igual a más pobreza. Siempre. Con la inflación la pobreza se dispara. Es imposible recuperar ingresos con una inflación anual que anualizada puede ser más de 70%. Ya son muchos años de salarios reales en abajo y hace 10 años que no creamos empleo formal. Se come menos, se consumen más hidratos de carbono que proteínas, se vive peor”, señaló Eduardo Fracchia, director del Área de Economía del IAE de la Universidad Austral.
“Para los más jóvenes, por lo que veo entre mis alumnos, la inflación genera un desánimo. No pueden ahorrar y no pueden tener proyectos. Por eso se van”, agregó.
Estrategias de consumo insuficientes
Una forma cruda de ver la inflación: si en el primer trimestre del año hubo una inflación de 16,1%, para una persona que no tiene aumento salarial desde diciembre esto significa que su poder adquisitivo cayó 16,1%. “Hay un desincentivo a ahorrar en pesos. Y por otro lado, la alta inflación genera mucha dispersión de precios. Es difícil recordar el último precio que se pagó por algo, si subió mucho o un poco. Todo el tiempo suben los valores y no hay referencia para el consumidor. Se hace muy difícil comparar precios para poder ahorrar, lo que demanda demasiado tiempo. Hoy tenés que invertir mucho tiempo para ahorrar”, señaló Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra.
Una alta inflación, como la registrada en marzo, hace aumentar la velocidad de circulación del dinero. “La gente ve que los precios aumentan rápido y se apura a comprar, más en un contexto de cepo cambiario con acceso limitado a dólares. Eso le pone un piso más alto a la inflación”, destacó el economista Martín Vauthier de la consultora Anker.
Impacto en las empresas y el empleo
En el caso de las empresas, la inflación pueden potencial la acción especulativa en detrimento de decisiones productivas genuinas. “La inflación persistente y creciente y la expectativa de devaluación empujan a las empresas crear inventarios para sostener el valor de sus activos. Esta realidad, la preferencia exuberante por los inventarios, llevó a que la Argentina experimente en 2021 el récord histórico absoluto de importaciones de bienes intermedios (USD 25.700 millones) en un contexto de absoluta escasez de divisas”, detalló.
Otros impactos de la alta inflación en la economía: desvía la atención de las empresas de la agenda productiva (mejorar la competitividad, desarrollar nuevas tecnologías, innovar con nuevos productos y servicios, ganar mercados) y aumenta la conflictividad laboral y sindical. “Hay un desgaste permanente entre los actores económicos renegociando condiciones. No es gratis para nadie el estado de paritarias casi permanentes”, concluyó Besmedirsnik.
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