Un informe de la ONG Defendamos Buenos Aires señala que en el último año se registraron unos 17.600 estafas en operaciones de ventas por internet.
A raíz del crecimiento de las ventas en línea y del aumento de las importaciones con entrega a domicilio, especialistas advirtieron que en el último año se registraron unas 17.600 estafas bancarias y por internet, lo que implica un aumento del 300%.
Así se desprende de una nueva Encuesta Mensual de Inseguridad (E.M.I.), desarrollada por la ONG Defendamos Buenos Aires con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, en la que también se precisa que entre marzo del 2020 y el del 2021 se registraron unas 4.900 denuncias por esta situación, pero entre agosto del año pasado y el de este la cifra creció a 17.600 casos, incluídos 18 homicidios.
En ese sentido el abogado Especialista en Seguridad y Director de Defendamos Buenos Aires, Javier Miglino, informó que "en los últimos meses, la justicia Nacional de Instrucción en lo Penal y Defendamos Buenos Aires, detectaron numerosos casos de fraude informático; a través de una maniobra que involucra al arribo de un producto de importación a través de un servicio puerta a puerta y el requerimiento del pago de una tasa de servicio para liberar una encomienda retenida en los depósitos del Correo Argentino".
"El objetivo real es la obtención de datos de los clientes para suplantar su identidad virtual y utilizarla en la apertura de nuevas cuentas para multiplicar las estafas. En Defendamos Buenos Aires ya habíamos advertido sobre carteros que piden el DNI para entregar una carta, telegrama o paquete y le toman una foto con el teléfono celular; lo que está prohibidísimo", precisó y recordó que "sin embargo, empleados del Correo Argentino lo hacen y es el posible comienzo de una pesadilla porque con esa imagen pueden abrirse cuentas y pedir préstamos".
Además, Miglino indicó que "otro método de estafa a través del Correo Argentino es la recepción de correos electrónicos que aparentan provenir de esa empresa en los que se les indica que los destinatarios del correo, que deben depositar sumas de dinero (en general, en conceptos de diferencias impositivas) para liberar un paquete retenido en la sucursal de Retiro de la empresa postal oficial. Se pide también el número de teléfono celular. Sin embargo todo es falso y está encaminado a pedir una cuenta corriente o caja de ahorro en un banco, para luego solicitar un préstamo y vaciar la cuenta" y detalló que "de ese modo, la víctima se entera mal y tarde, sobre una deuda bancaria que jamás ha contraído pero que sin embargo debe pagar, bajo apercibimiento de ejecución y de ingresar al sistema Veraz de deudores".
Según advirtió el abogado, este tipo de delitos creció a la par del aumento de las compras en línea, es que unas tres millones de personas usan las redes sociales para el comercio minorista. "Tres millones de personas utilizan diariamente, los servicios de venta o de ofrecimientos de productos y servicios, presentes en las redes sociales de Facebook, Twitter, WhatsApp e Instagram. Ese verdadero océano de transacciones, permite todo tipo de fraudes e incluso crímenes", afirmó.
"La dormilona"
"Los delitos son tantos y tan frecuentes que hace solo unos pocos días, familiares del presidente Alberto Fernández fueron víctimas de una estafa bancaria conocida en ámbitos policiales como ‘la dormilona’. En este caso se trata de dos mujeres muy cercanas al mandatario, quienes se dispusieron a hacer una venta de muebles por Marketplace (Facebook) tras una mudanza. El ciberdelincuente se contactó para decirles que estaba interesado en comprar todos los productos y si podía hacer una seña, a los efectos de asegurar la operación. Los familiares del presidente le brindaron los datos de la cuenta bancaria y la pareja recibió la constancia de una transferencia por $30.000 pero, horas más tarde, la misma persona que había hecho el depósito, en realidad el mismo delincuente, volvió a llamar llorando para explicar que se había equivocado y había puesto $300.000. Entonces, pidió la devolución del dinero. Entonces los parientes presidenciales, verificaron el saldo de cuenta y todo estaba normal. No había 300 mil pesos de más. El delincuente improvisó un ataque de furia y amenazó con bloquear la transferencia a través del banco", rememoró y agregó que los delincuentes se hicieron pasar como miembros del banco.
Allí fue cuando se perpetró la estafa: "en pocos minutos llamaron supuestamente del banco, en realidad ahora se saben que eran otros integrantes de la banda y les dicen a las damnificadas que debían bloquear la cuenta. Incluso, en un momento le dijeron a una de las mujeres que necesitaban otra cuenta porque era mucha plata. Entonces, una de las víctimas llamó a su prima para ver qué podían hacer y al verificar ambas cuentas, notaron que las habían vaciado y estaban bloqueadas".
Sobre esa misma línea, Miglino aseguró que "desde hace tiempo que desde Defendamos Buenos Aires venimos alertando que la maniobra delictiva a través de ciberataques, se ha constituído en uno de los fraudes más replicados en los últimos doce meses.
El modus operandi consiste en que el ciberdelincuente tiene información sobre las víctimas" y concluyó recordando que "la justicia está investigando a varias bandas para saber cómo obtienen la información; desde códigos QR falsos, hasta el robo de claves en cajeros automáticos, donde los delincuentes previamente han retirado las protecciones plásticas laterales que evitan que cámaras colocadas al efecto, puedan monitorear los números tipeados para ingresar a la cuenta. Mientras tanto, con todos los datos a la mano, plantean hacer depósitos en cuenta para luego pedir la devolución y cuando las personas les ofrecen sus datos bancarios, les vacían la cuenta en cuestión de segundos".
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