Emtrasur utilizó una empresa de Estados Unidos para cobrar el vuelo a Buenos Aires: el FBI inició una investigación.
Se trata de la firma Zorex LLC, una de las siete empresas utilizadas para contratar al avión. La Justicia sospecha que se utilizó una cuenta bancaria en ese país para evadir las sanciones contra los venezolanos.
La cadena de subcontrataciones que esconde el avión de Emtrasur sumó un dato hasta ahora desconocido. Gran parte del dinero pagado a la aerolínea de bandera venezolana terminó en la cuenta bancaria de una firma radicada en Estados Unidos. Se tata de Zorex USA LLC, una de las siete firmas investigadas por la Justicia argentina. Esa empresa cobró USD 780 mil por el traslado de la mercadería y otros USD 110 por una demora adicional en el aeropuerto de México.
El juez Federico Villena sospecha que se utilizó una cuenta bancaria de Estados Unidos para evadir las sanciones de ese gobierno contra los venezolanos. El tema también está siendo investigado por el FBI y por la Justicia de ese país.
La firma Zorex USA LLC fue utilizada por Emtrasur para cobrar el costo del viaje, unos USD 780 mil, y un adicional de USD 110 mil. Esa suma fue abonada por Fracht como una suerte de multa por la demora que sufrió el vuelo en el aeropuerto de México, donde hubo que descargar y reacomodar la mercadería dentro de la bodega.
Fracht es la empresa de logística elegida por SAS Automotriz para traer las autopartes a Buenos Aires. Esa firma comercializa asientos y panel de instrumentos para el Volkswagen Taos que se produce en la planta de General Pacheco. Cuando ocurrió el escándalo, tanto SAS como Volkswagen se desligaron de Emtrasur.
No fue el único costo adicional. Como quedaron afuera del avión unos 89 pallets, Fracht USA se vio obligado a contratar otro vuelo que tuvo un costo adicional de USD 400 mil.
Andreas Rupert Luedecke, vicepresidente de Desarrollo de Negocios en Latinoamérica de la empresa Fracht, declaró ante el juez Villena que tuvieron que depositar los USD 110 mil en una cuenta de Zorex LLC, una sociedad que desconocían, pero que no pudieron investigar en ese momento por la urgencia para llegar a Buenos Aires.
Según las pruebas que aportó ese directivo, la exigencia de esa suma adicional se concretó el 4 de junio, mientras el avión estaba parado en México. Luedecke mantuvo una reunión virtual con dos responsables de Emtrasur: Víctor Pérez Gómez, gente general de Operaciones, y César Perez. Esa charla luego se trasladó a un grupo de Whastapp. “Propongo que sea Fracht quien pague la aerolínea (Aero Charter México) a través de su broker Zorex, en donde se haga un acuerdo solo de este servicio”, escribió en ese chat uno de los responsables de Emtrasur.
Luego de esos intercambios, Luedecke se comunicó con el CEO de Fracht USA, Rainer Wiederkehr, quien terminó de aprobar el gasto adicional.
Los directivos de Fracht declararon ante el juez Villena que hicieron una investigación interna sobre Emtrasur y no detectaron ninguna sanción del gobierno de los Estados Unidos. Recién luego del escándalo, se habrían enterado a través de los medios que CONVIASA, dueña de Emtrasur, arrastraba una sanción de la Oficina de Control de Activos Financieros (OFAC), un organismo de control financiero dependiente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Por esa misma sanción, las tres empresas que venden combustible en el aeropuerto de Ezeiza, Shell, AXION e YPF, se negaron a venderle a Emtrasur, lo que motivó el viaje frustrado a Uruguay.
Zorex USA LLC no fue la única empresa intermediaria. La Justicia argentina detectó una transferencia de USD 45 mil a la firma Gopex Corporation, que ofició de nexo entre Aerocharter México y Zorex, quien finalmente contrató a Emtrasur.
El dueño de Zorex USA LLC, Oriol Comabella Xuclar, ratificó ante el juez Villena que Gopex le había pedido un vuelo desde México a Buenos Aires y que llegó a la aerolínea venezolana a través de María Teresa de Airlines Amat, dueña de una empresa de representación de aerolíneas.
En un fallo de casi 300 páginas, donde resolvió la situación de los tripulantes, Villena resumió en un gráfico la cadena de subcontrataciones y los pagos realizados. “Fracht Argentina S.A. realizó una transferencia al bróker, en este caso Aerocharter México, por la suma de 885.000 dólares con el fin de solicitar un avión charter a fin de realizar el traslado de las piezas en cuestión. Una vez cerrado el contrato con Aerocharter México, el broker abonó a la compañía Zorex USA LLC la suma de USD 825.000, de los cuales Zorex USA LLC recibió USD 780.000, mientras que la firma Gopex LLC, recibió USD 45.000 en concepto de su labor como intermediaria entre Aerocharter México y la firma Zorex USA LLC”, detalló.
Zorex no aparece en el contrato que presentó Emtrasur ante la Justicia argentina. De hecho, ese documento, de apenas una carilla, vincula a la aerolínea venezolana con una sociedad española con sede en Barcelona, Alcux Air Spain.
Aunque el dueño de Zorex negó tener vínculos con Alcux Air, las dos empresas están linkeadas a través de su administrador en España, Juan Manuel Bataller Rosa.
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