Ucrania recuperó Lyman, en el este del país.

Los soldados de Kiev ingresaron en la ciudad clave ubicada en Donetsk, uno de los cuatro territorios que Moscú anexó ilegalmente ayer y donde desarrolló los referendos ilegales. El ejército ruso admitió la retirada.

Andriy Yermak, Jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, confirmó la noticia que se esperaba hace días, y que Vladimir Putin tanto temía: los soldados de Kiev ingresaron a Lyman, la ciudad ubicada en el este del país, en la misma zona en la que Moscú orquestó los referendos de anexión ilegales en los últimos días.

El funcionario de Zelensky publicó un video en el que se ve a los soldados ucraniandos con la bandera del país y con el cartel de la ciudad en las espaldas. Orgullosos muestran su bandera, señal de reconquista. “Desplegamos nuestra bandera nacional y la colocamos en nuestro territorio. Lyman siempre formará parte de Ucrania” afirma sonriente uno de los dos militares.

La toma de Lyman se esperaba: hacía días que las tropas de Kiev habían rodeado la ciudad y tenían cercados a miles de soldados rusos.

La reconquista de la ciudad, ubicada a 50 kilómetros al sureste de Izium, al norte de la región de Donetsk, es clave porque actúa como una barrera en el dispositivo ruso, entre el frente del saliente de Kramatorsk (al norte) y el río Oskil, por donde transitan la mayor parte de los suministros de las fuerzas rusas desplegadas en el este de Ucrania. El gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai, afirmó que todas las rutas para reabastecer a las fuerzas rusas en Lyman estaban bloqueadas.

Posteriormente, Moscú reconoció que había retirado sus tropas de Lyman. “En relación con la creación de una amenaza de cerco, las tropas aliadas fueron retiradas del asentamiento de Krasny Lyman a líneas más favorables”, dijo el Ministerio de Defensa de Rusia en su informe diario.

Anexión “ilegal e ilegítima”

Washington anunció nuevas sanciones “severas” contra funcionarios rusos y la industria de defensa, y dijo que los aliados del G7 apoyan la imposición de “costes” a cualquier nación que respalde la anexión.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, instó inmediatamente a la alianza militar liderada por Estados Unidos, la OTAN, a que conceda a su país el ingreso por la vía rápida. También prometió no mantener nunca conversaciones con Rusia mientras Putin estuviera en el poder.

El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, tachó la anexión de “ilegal e ilegítima”, pero no se pronunció al respecto después de que Ucrania declarara que solicitaba su ingreso en la alianza occidental.

Estados Unidos y Canadá expresaron su apoyo a la adhesión de Ucrania, pero se abstuvieron de prometer una vía rápida.

Turquía dijo el sábado que la anexión rusa era una “grave violación de los principios establecidos del derecho internacional”.

A pesar de las advertencias de Putin antes de la anexión de que podría utilizar armas nucleares para defender los territorios capturados, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo que Kiev “seguirá liberando nuestra tierra y nuestro pueblo”. Kuleba también dijo que Ucrania llevó las anexiones a la Corte Internacional de Justicia e instó al tribunal con sede en La Haya a ver el caso “lo antes posible”.

El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, afirmó ayer que Washington anunciará un nuevo envío de armas “inmediato” para Kiev la próxima semana. Sullivan también dijo que, aunque existe el “riesgo” de que Putin utilice armas nucleares, no hay indicios de que lo vaya a hacer de forma inminente.

El sábado, la agencia nuclear ucraniana dijo que una “patrulla rusa” detuvo al director general de la central nuclear de Zaporizhzhia, en manos de Moscú.

Ihor Murashov salía de la planta el viernes cuando fue detenido y “conducido en dirección desconocida” mientras tenía los ojos vendados, dijo Energoatom.

Zaporizhzhia -la mayor instalación de energía nuclear de Europa- ha estado en el centro de las tensiones en las últimas semanas después de que Moscú y Kiev se acusaran mutuamente de ataques a la planta y sus alrededores, lo que ha hecho temer un desastre atómico.

El viernes, Rusia vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba la anexión de las regiones, mientras que China, India, Brasil y Gabón se abstuvieron.

Aunque el veto de Rusia era una certeza, las potencias occidentales esperaban demostrar el creciente aislamiento de Moscú en la escena mundial y ahora llevarán el esfuerzo de condena a la Asamblea General, donde cada nación tiene un voto y ninguna puede anular una resolución.

En una reunión de la UNESCO celebrada el viernes en Ciudad de México, representantes de decenas de países abandonaron la sala cuando Rusia tomó la palabra, condenando simbólicamente la invasión de Ucrania.

 

 

 

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