El Parlamento Europeo calificó a la Guardia Revolucionaria iraní como organización terrorista.
Los eurodiputados pidieron a la UE incluir específicamente las fuerzas Al Quds y la milicia paramilitar Basij, implicadas en la represión de las protestas desatadas tras la muerte de Mahsa Amini. El régimen de Teherán amenazó: “Es dispararse en el pie”
El Parlamento Europeo pidió este jueves a la Unión Europea (UE) la incorporación de la Guardia Revolucionaria de Irán entre las “organizaciones terroristas”, a pesar de las advertencias de Teherán sobre ese gesto.
El texto adoptado el jueves, aprobado a mano alzada, destaca específicamente que las fuerzas Al Quds y la milicia paramilitar Basij, que están afiliadas a la Guardia Revolucionaria, también deben ser incluidas en la lista.
Como la Guardia Revolucionaria está presente en la economía iraní a través de numerosas empresas que controla directa o indirectamente, el texto también pide la prohibición de “cualquier actividad económica o financiera” con esas firmas.
La moción sobre este pedido había sido anunciada el miércoles en la plenaria del Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia, y motivó una reacción inmediata de parte del gobierno iraní.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, mantuvo un contacto telefónico con el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, a quien advirtió sobre “consecuencias negativas” de tal decisión.
“Hemos afirmado en numerosas ocasiones que la Guardia Revolucionaria es una institución oficial y soberana que juega un importante y vital papel en la seguridad nacional de Irán y la región”, dijo Amir Abdolahian.
En un comunicado, la cancillería iraní apuntó que en su conversación con Borrell Abdollahian “criticó firmemente la posición emocional del Parlamento Europeo y calificó la decisión de inapropiada e incorrecta”.
Desde mediados de septiembre Irán es sacudido por una oleada de manifestaciones de protesta tras la muerte de
Las relaciones entre Irán y a UE se han tensado desde el comienzo de las protestas desatadas por la muerte en septiembre de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que falleció bajo custodia de la policía de la moral por no llevar correctamente puesto el velo.
Las protestas están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de “mujer, vida, libertad”, en las que lanzan consignas contra el régimen y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho.
Las autoridades iraníes han respondido con una fuerte represión policial que ha causado casi 500 muertos y cerca de 20.000 detenidos, según ONGs con sede fuera de Irán.
A ello se suma la ejecución de cuatro manifestantes, una de ellas pública, y sentencias a la horca de al menos 17 personas.
Organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, han denunciado los juicios como “farsas” e “injustos” y los han considerado una “venganza”.
La UE ha aprobado hasta ahora tres rondas de sanciones contra Irán por reprimir las protestas y por enviar armas a Rusia en su guerra contra Ucrania.
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