Científicos descubrieron una nueva sustancia antibiótica mediante inteligencia artificial.

El resultado marca un avance prometedor en la lucha contra las superbacterias intrahospitalarias, que comprometen los pulmones, la sangre y las infecciones posquirúrgicas.

Un grupo de investigadores de Estados Unidos y Canadá descubrió a través del uso de la inteligencia artificial un nuevo antibiótico que puede matar a una superbacteria hospitalaria mortal calificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una amenaza “crítica”.

El microorganismo se encuentra entre un grupo de familias de bacterias resistentes a los antibióticos que representan la “mayor amenaza” para la salud humana, según la OMS.

La superbacteria, llamada Acinetobacter baumannii, tiene la capacidad de resistir tratamientos y transmitir material genético para que otras bacterias también se vuelvan resistentes a los medicamentos. Es comúnmente encontrada en entornos hospitalarios y residencias de ancianos, donde puede sobrevivir en superficies y equipos médicos.

Los investigadores publicaron los resultados de su trabajo en la revista Nature Chemical Biology, donde explican que utilizaron un algoritmo de inteligencia artificial para predecir nuevas estructuras moleculares antibacterianas, lo que los llevó a identificar un nuevo compuesto, al que llamaron abaucina.

A diferencia de los métodos tradicionales, que son más costosos y tienen un alcance muy limitado, los nuevos enfoques algorítmicos tienen acceso a millones de moléculas con propiedades antibacterianas y sus combinaciones, lo que acelera considerablemente el proceso de investigación.

Qué significa el hallazgo del superantibiótico

Jonathan Stokes, profesor asistente en el departamento de Biomedicina y Bioquímica de la Universidad McMaster y miembro del grupo de científicos que llevó a cabo el estudio, reconoce que este trabajo valida los beneficios del aprendizaje automático en la búsqueda de nuevos antibióticos.

“Usando inteligencia artificial, podemos explorar rápidamente vastas regiones del espacio químico, aumentando significativamente las posibilidades de descubrir moléculas antibacterianas fundamentalmente nuevas”, agregó Stokes.

“Sabemos que los antibióticos de amplio espectro son subóptimos y que las bacterias tienen la capacidad de evolucionar y adaptarse a cada truco que les lanzamos. Los métodos de inteligencia artificial nos brindan la oportunidad de aumentar enormemente la velocidad con la que descubrimos nuevos antibióticos, a un costo reducido. Esta es una importante vía de exploración para nuevos antibióticos”, resalta el científico.

El siguiente paso ahora será perfeccionar el fármaco en el laboratorio, antes de llevar a cabo ensayos clínicos con pacientes. El equipo de investigadores no cree que los primeros antibióticos descubiertos con la ayuda de la inteligencia artificial puedan ser comercializados antes de 2030.

 

 

 

 

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