Las olas de calor extremas aceleran la propagación de superbacterias mortales, advierte la OMS
Las marcas térmicas llegaron a 59° este fin de semana en Río de Janeiro y los especialistas alertan que la crisis climática genera fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos. Y con ellos la propagación de virus, bacterias y hongos resistentes a los medicamentos.
El cambio climático y la resistencia a los antimicrobianos son dos de las mayores amenazas para la salud mundial, al punto que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere como la “pandemia silenciosa” a la crisis sanitaria causada por estos dos fenómenos, y que está en aumento.
Uno de los ejemplos más recientes de los efectos del calentamiento global y los fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes transcurre en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, que enfrenta una ola de calor sin precedentes, con temperaturas que han alcanzado niveles récord, provocando situaciones extremas en las poblaciones más vulnerables.
Este sábado, la sensación térmica se elevó hasta los 59,7 grados centígrados, superando el récord anterior de 59,3°C registrado el viernes en Guaratiba. Estas condiciones extremas llevaron a la suspensión del concierto de la cantante estadounidense Taylor Swift.
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) ocurre cuando microorganismos como bacterias, virus, hongos y parásitos desarrollan la capacidad de persistir o incluso crecer a pesar de la presencia de medicamentos diseñados para matarlos. La agencia de salud de las Naciones Unidas había declarado anteriormente que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas mundiales para la salud humana y estimaron que 1,3 millones de personas mueren cada año directamente debido a patógenos resistentes.
¿De qué manera el cambio climático influye en la RAM?
Reconocida como una de las principales amenazas a la salud pública que enfrenta la humanidad, se teme que el calentamiento del mundo esté haciendo más difícil detener la propagación de superbacterias resistentes a los medicamentos.
En el informe antes aludido de Naciones Unidas, titulado “Preparándose para las superbacterias”, el organismo destacó el papel del cambio climático y otros factores ambientales que contribuyen al aumento de la resistencia a los antimicrobianos.
Lo anunció en febrero de este año en la Sexta Reunión del Grupo de Líderes Mundiales sobre Resistencia a los Antimicrobianos en Barbados.
“El desarrollo y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos significa que los antimicrobianos utilizados para prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas podrían volverse ineficaces, y la medicina moderna ya no puede tratar ni siquiera infecciones leves”, dijo el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en un comunicado de prensa.
Según los expertos, la crisis climática empeora la resistencia a los antimicrobianos de varias maneras. Las investigaciones demostraron que el aumento de las temperaturas aumenta tanto la tasa de crecimiento bacteriano como la tasa de propagación de genes resistentes a los antibióticos entre microorganismos.
A medida que tengamos un clima más extremo, especialmente a medida que se caliente, los gradientes que impulsan la evolución de la resistencia en realidad se acelerarán. Entonces, al frenar los aumentos de temperatura y reducir la extremidad de los eventos, podemos en realidad frenar fundamentalmente la probabilidad de que se desarrollen nuevas resistencias”, sostuvo el doctor David Graham, profesor de ingeniería de ecosistemas en la Universidad de Newcastle y uno de los autores del informe de la ONU.
En tanto, la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen, agregó: “Los mismos factores que causan la degradación ambiental están empeorando el problema de la resistencia a los antimicrobianos. Los impactos de la resistencia a los antimicrobianos podrían destruir nuestros sistemas alimentarios y de salud”.
Un exhaustivo informe publicado recientemente por un equipo internacional de 114 investigadores concluyó que “el cambio climático sigue teniendo efectos cada vez peores sobre la salud y la mortalidad en todo el mundo”.
Una de las conclusiones más crudas del trabajo publicado en la revista The Lancet es que las muertes relacionadas con el calor de personas mayores de 65 años han aumentado un 85% desde la década de 1990, según un modelo que incorpora tanto el cambio de temperaturas como el demográfico. Las personas de este grupo de edad, junto con los bebés, son especialmente vulnerables a riesgos para la salud como los golpes de calor.
Según el informe de The Lancet, en un escenario de calentamiento de 2 ºC respecto a la era preindustrial para final de siglo, las muertes vinculadas al calor pueden multiplicarse por 4,7 de cara a 2050.
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